El Grupo Tragsa es una gran empresa pública dedicada a "la conservación de la naturaleza, el desarrollo rural y la prestación de servicios de emergencia", tal y como podemos leer en la propia web de la compañía.
En la actualidad Tragsa da empleo a más de 15.000 personas y tiene una cifra de negocio consolidada de más de 1200 millones en 2010, pero esos impresionantes números no parece que lleven a la compañía técnicas de gestión acordes con el S XXI.
Al menos, eso se desprende del comportamiento de Manuel Vidal López, en estos momentos todavía Director de Relaciones Institucionales de Tragsa y, según los testimonios, mano derecha de la presidenta del grupo, la socialista María Luisa Graña, citada por la prensa como parte del grupo de socialistas cercanos a Blanco con intereses comunes más allá de los puramente políticos.
El propio Vidal López es también socialista: antes de desembarcar en Madrid fue durante varias legislaturas concejal de urbanismo en el Concello de Marín, época en la que incluso compañeros socialistas denunciaron su "falta de ética". Después fue ascendido a Presidente del Patronato del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, un cargo que tuvo que abandonar tras la derrota socialista en las autonómicas gallegas de 2009.
'La comandita de Pepe'
Tras esa derrota electoral se produjo el desembarco en Madrid de un importante grupo de socialistas gallegos, todos de la orbita de José Blanco, que empezaron a ocupar puestos directivos en empresas públicas como Aena o la propia Tragsa
La operación fue propiciada por una feliz coincidencia en el tiempo: Alberto Núñez Feijóo tomaba posesión de la presidencia de la Junta el 18 de abril, mientras que Blanco había hecho lo propio en Fomento sólo unos días antes, concretamente el 7 del mismo mes.
María Luisa Graña, Presidenta de Tragsa, fue parte de este desembarco, tras haber presidido el Puerto de Vigo. Graña es persona muy cercana a la exministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, y al propio José Blanco. Manuel Vidal también es, según fuentes sindicales de la empresa Tragsa, cercano a José Blanco. De hecho, podemos verlo en esta imagen sentado (con una camiseta verde) a la derecha del titular de Fomento en una corrida de toros:
Un caso de acoso sexual en el trabajo
El caso que nos ocupa empezó con la llegada de Vidal a Tragsa en 2009, cuando inició una reorganización en el departamento de comunicación de la compañía, en el que ya desarrollaba su labor profesional una trabajadora que rápidamente ganó la confianza de Vidal y empezó a recibir más encargos y a realizar su tarea bajo la supervisión directa del Director de Relaciones Institucionales.
Pero, según ha podido saber Libertad Digital que cuenta la Papeleta de Conciliación presentada por esta trabajadora contra Manuel Vidal y Tragsa, la situación se fue deteriorando cuando el propio Vidal empezó a demandar a su trabajadora "mantener una relación sentimental", aspecto por el que "mostraba asiduamente su interés".
Los requerimientos de este tipo eran cada día más habituales, en la Papeleta de Conciliación se alegaba que Vidal López "insistía en trabajar hasta tarde para poder salir a cenar", planificaba "las reuniones de trabajo durante almuerzos" y "ofrecía regalos (relojes de alta joyería, bolsos de firma etc...)" a su empleada que, según este documento, "siempre fueron rechazados".
Finalmente, la situación se volvió insostenible: el trece de julio de este mismo año y tras un periodo de baja laboral por "trastorno adaptativo ansioso" y "ansiedad generalizada" y de precisar tratamiento psiquiátrico y psicológico la trabajadora E.F.R. presentó la citada Papeleta de Conciliación (un paso previo necesario antes de presentar una demanda formal, pensado para favorecer llegar a un acuerdo y evitar la celebración de un juicio ) al entender que se había producido una "lesión de los derechos fundamentales a la integridad física y moral, así como a su honor e intimidad personal, y a su dignidad".
Un silencio de 140.000 euros...
En esta Papeleta se pedía la extinción del contrato de la trabajadora por incumplimiento empresaria grave y una indemnización de 50.000 euros, pero a partir de ahí el caso ha dado un giro aún más llamativo: tal y como refleja una carta que el Comité de Empresa de la sede de Tragsa en Madrid ha mandado esta misma semana a la presidenta de la compañía, esta trabajadora "ha percibido en concepto de indemnización una cantidad que es muy superior a la que por su antigüedad y categoría le hubiera correspondido".
De hecho, tal y como otras fuentes han asegurado a Libertad Digital, la indemnización recibida por la trabajadora ha sido de cerca de 140.000 euros, no sólo por encima de los 50.000 demandados en un primer momento sino muy por encima de los 60.000 que le habrían correspondido, "según el cálculo más optimista", como indemnización por un despido improcedente.
...Pagados con dinero público
Esta cantidad, que se ha pagado a finales del pasado mes de septiembre a través de un cheque nominativo, ha salido de los fondos de la empresa pública según la versión de los representantes sindicales de la empresa, que así lo señalan en su carta a la presidenta de la compañía: "Ha sido asumida íntegramente por la empresa".
De hecho, y siempre según las fuentes a las que ha accedido Libertad Digital, en la contabilidad de la propia empresa el desembolso figura como si se tratase de un pago laboral asignado a un proyecto en curso, cuando la trabajadora indemnizada lleva desde mucho antes del verano sin poder asistir a su puesto de trabajo.
Además, tal y como se señala en la misiva del Comité de Empresa, la compañía no ha aplicado los protocolos de igualdad establecidos ni ha acometido ningún tipo de investigación interna ni, por supuesto, ha planteado sanción alguna para Manuel Vidal López por su comportamiento.
Irónicamente, el pasado martes 4 de octubre aparecía en la intranet de la compañía la noticia sobre el Plan de Igualdad que se aprobó el pasado 15 de junio.