El fundador de Al-Qaeda, Osama Ben Laden, trabajó en una oficina de Iberia en Riad, la capital de Arabia Saudí.
Así lo cuenta el periodista Mariano Guindal en su último libro, El declive de los dioses, un ensayo sobre la transición económica en España.
Durante el mandato de Manuel Prado al frente de la aerolínea española Iberia, entre los años 1976 y 1978, la compañía decidió abrir una línea entre Madrid y Riad, en la que Osama Ben Laden fue contratado como director de ventas.
Según recoge Barcepundit, "se buscó a un miembro de una familia saudí destacada como es costumbre en ese país... Se eligió a un joven muy religioso y estricto con las leyes del Corán, de una familia muy rica, como director general de ventas, que pasó a ser empleado de Iberia y cuyo nombre era Osama Ben Laden".
En el libro, un empleado de la oficina comercial en Arabia Saudí cuenta que el exlíder de Al-Qaeda "apenas aparecía por la oficina. No se metía en nada". Además, el terrorista exigía a Iberia que pagase el Zankat, "una especie de impuesto religioso que tienen que pagar todas las empresas saudíes".