El representante de la Organización Europea de Seguridad y Cooperación (OSCE) contra la discriminación contra los cristianos y otras confesiones, Massimo Introvigne, ha criticado que el Gobierno español mantiene "un doble papel" respecto a la protección de los cristianos porque ante las instituciones internacionales "colabora activamente" para frenar las persecuciones en África y Asia, mientras que en España muestra "actitudes institucionales" en contra de los valores cristianos.
Introvigne, que participa en Roma en el congreso sobre 'Prevención y respuesta a los ataques contra los cristianos', ha explicado, en declaraciones a Europa Press, que el Ejecutivo español ha mantenido "momentos de tensión" con las comunidades cristianas en España con "la introducción de la asignatura de Educación para la Ciudadanía" o los incidentes ocurridos en las capillas universitarias". En este sentido, ha recordado que este "perfil institucional" preocupa a las instituciones católicas y a la OSCE.
Sin embargo, ha afirmado que los Gobiernos europeos "raramente son responsables" de los ataques violentos perpetrados contra los cristianos en sus países, aunque ha recordado que "si se crea un clima de intolerancia", esta discriminación "puede terminar en violencia".
Por otra parte, Introvigne ha destacado que durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), celebrada en Madrid el pasado mes de agosto, Benedicto XVI propuso "las elecciones radicales" del voluntariado, el sacerdocio o la vida religiosa como una forma de "luchar contra el relativismo imperante en Europa".
Por su parte, durante su intervención en el congreso, el Secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados, monseñor Dominique Mamberti, ha declarado que en estos momentos se puede observar "un crecimiento cada vez mayor de la intolerancia contra los cristianos" en todo el mundo.
En este sentido, ha recordado que en los países "de mayoría cristiana" no existe "un ataque directo" pero sí "una discriminación" de los cristianos en los países occidentales, donde la religión se considera como algo "insignificante" e incluso "desestabilizante" para la propia sociedad.
Según ha explicado monseñor Mamberti, la sociedad debe entender que la libertad religiosa "no comprende sólo la libertad de culto" sino también "la libertad de educar y participar en la vida pública".
Por último, el patriarca metropolita ruso, Hilarion de Volokolamsk ha recordado que son necesarios "grandes esfuerzos de colaboración" entre los diferentes países europeos para "recuperar la identidad cristiana" y ha destacado que "muchas veces" se utiliza "la diversidad cultural" del continente como "excusa" para discriminar "la cristiandad y los valores cristianos de Europa".