El juez de Violencia sobre la Mujer 2 de Sevilla ha denunciado por un delito de acusación falsa a una mujer que aseguró que su ex marido la había agredido en la calle.
Raquel V.B. denunció que el pasado 10 de mayo su ex marido la abordó por detrás en la plaza de Azahin de Sevilla, la empujó, la tiró al suelo y la golpeó a patadas en la espalda, cara y hombros.
Sin embargo, los forenses de la Unidad de Valoración Integral de Violencia de Género (UVIG) certificaron que no existe relación entre las patadas y contusiones que describió la denunciante y las erosiones que presentaba, y además no tenía ningún hematoma en la cabeza pese a que manifestó haber recibido "un fuerte golpe".
Junto a ello, su ex marido José Antonio Santos Barragán "ni siquiera se encontraba en Sevilla cuando ocurrieron los hechos", pues dos albañiles certificaron que, a la hora de la supuesta agresión, estaban trabajando en la reforma de su casa en Umbrete (Sevilla) y luego estuvo con unos vecinos que acudieron a ver las obras.
El juez, en un auto al que ha tenido acceso Efe, relaciona esta presunta denuncia falsa con el hecho de que la mujer había recibido el mismo día una citación para ser juzgada por incumplir el régimen de visitas del hijo de la pareja. Añade que el juzgado penal 7 la va a enjuiciar en los próximos meses por una serie de denuncias falsas anteriores que mantuvieron a su expareja once meses encarcelado.
El juez denuncia por acusación falsa tanto a Raquel V.B. como a un cliente de su bar que certificó haber visto a José Antonio en el lugar donde ocurrió la agresión.
Dice el auto que "resulta poco convincente e incluso supone una falta a la verdad" que el testigo no viese la ropa y calzado del presunto agresor y que, sin embargo, recordase la matrícula de su vehículo. Sobre ese testigo, dice el juez que "resulta extraño que ni siquiera llamara a la Policía" al encontrarse a Raquel tirada en la calle, y que luego permaneciera con ella dos horas en su casa hasta que a las 00:30 horas la llevó a un hospital.
Por todo ello, el auto no aprecia "indicios racionales de criminalidad", acuerda denunciar en el juzgado de guardia a Raquel y a su testigo Manuel Alejandro F.S. y rechaza la orden de alejamiento pedida por la mujer.
Raquel se enfrenta a diez años y medio de cárcel por delitos contra la administración de Justicia y acusación falsa, por las siete denuncias de violencia doméstica que presentó contra su ex marido entre los años 2006 y 2007, que motivaron su encarcelamiento durante once meses.