El terremoto que el pasado miércoles asoló la localidad de Lorca, de 5.1 grados de magnitud y que por el momento ha dejado nueve víctimas mortales y más de 300 heridos, podría dejar entre 35.000 y 40.000 afectados, según las primeras cifras que baraja el Ayuntamiento a las que ha tenido acceso Europa Press.
De hecho, han apuntado las fuentes, los vecinos afectados podrían estar meses en los tres campamentos habilitados por los servicios de emergencias en el barrio de La Viña, que es el más afectado y que los vecinos denominan ya 'pueblo fantasma' al estar totalmente desalojado; en el Instituto Ibañez Martín; y en el Huerto de la Rueda.
No obstante, ha expresado su convencimiento de que con el apoyo, coordinación y unidad de las tres administraciones el tiempo se pueda ver reducido, pero todo depende, según el Ayuntamiento, de cómo evolucione la situación en las próximas semanas.
Alrededor de 2.000 personas están en esos campamentos, ya que muchos han podido entrar a sus casas tras la evaluación pertinente que los técnicos han realizado o se han desplazado a municipios próximos, a viviendas de familiares o residencias veraniegas.
Mientras, continúa el examen de los edificios. Tras la evaluación de daños efectuada hasta ahora, se ha establecido que un total de 660 edificios, de los 1.717 dañados por el terremoto pueden ser ya habitados. Los ingenieros llevan supervisados hasta el momento 1.374 inmuebles, el 80 por ciento de los afectados por el seísmo.
El consejero de Obras Públicas de Murcia, José Ballesta, ha dicho que el 48 por ciento de las viviendas analizadas no tiene daños estructurales y son habitables, por lo que ha invitado a sus propietarios a que regresen "con la tranquilidad de que ha sido certificada su habitabilidad" por técnicos.
Ballesta ha añadido que de los 1.372 edificios analizados, el 40 por ciento (549) presentan color amarillo, es decir, tienen daños no estructurales, pero por el momento no tienen condiciones adecuadas de habitabilidad, por lo que en estas casas se permite entrar a recoger los enseres y pertenencias.
Además, hay un 12 por ciento de viviendas (165) que tienen daños estructurales, lo que, según el consejero, "no quiere decir que haya que demolerlas", ya que mediante "micropilotaje o reforzamiento de pilares", entre otras técnicas constructivas, podrán arreglarse, y solamente para alguna en peor estado será recomendable su derribo.
Un problema añadido ha sido el de los colegios. Nueve de ellos han tenido que ser cerrados, lo que obligará a más de 6.000 alumnos a distribuirse por otros centros. "La prioridad es que todos puedan volver cuanto antes a sus casas y los alumnos (6.600) a los centros de primaria, infantil y secundaria afectados por el temblor", ha afirmado el alcalde.