Uno de los líderes neonazis más importantes de Estados Unidos, Jeff Hall, murió tras recibir un disparo de su propio hijo, un niño de 10 años de edad. El asesinado pertenecía al Movimiento Nacional Socialista, el partido neonazi más importante de Estados Unidos.
La policía sostiene que el homicidio fue intencionado, aunque los motivos de este aún no se han aclarado. El día antes del asesinato, el niño mostraba orgulloso un cinturón de cuero con una insignia de plata de las SS. Según informa The New York Times, el muchacho disparó a su padre cerca de las escaleras, mientras este se encontraba en el sofá del salón de su casa. El suceso tuvo lugar el 1 de mayo.
Jeff Hall, de 32 años, dirigió un grupo de neonazis en Riverside, California. Este deseaba "una sociedad blanca", y creía fervientemente "en la secesión", por la que llegó a decir que daría su propia vida. El neonazi se jactaba de haber formado parte en una de las patrullas fronterizas, disparando a inmigrantes ilegales que intentaban cruzar la frontera con México. Él organizó comandos para esta tarea, falsificando licencias y surtiendo a sus compañeros con gafas de visión nocturna.
Hall era uno de los hombres más importantes del Movimiento Nacional Socialista. La sede del NSM se encuentra en Detroit, y cuenta con cerca de 400 miembros repartidos en todos los Estados Unidos.