El Museo Falológico de Húsavik (Islandia) contaba con más de doscientos penes de ejemplares de distintas especies animales, pero faltaba un falo: el de la especie humana. Ahora, la pieza que faltaba ya está cubierta. Gracias a un donante fallecido hace unos meses, el museo ya puede lucir un miembro humano.
Según informa el director y fundador Sigurdur Hjartarson, el museo cuenta con penes o partes de penes de todos los mamíferos terrestres y marinos que existen en Islandia, además de otros procedentes de países distintos. En total, exhiben miembros de 46 especies distintas. "Creo firmemente que esto mejorará y reforzará el museo", declaró al diario Fréttabladid.
Hjartarson, ex profesor de Historia y ex director de una escuela secundaria en Akranes (suroeste de Islandia), empezó a interesarse por los penes hace treinta años. "Algunos de los profesores solían trabajar en verano en una cercana estación ballenera y empezaron a traerme penes de ballenas, supuestamente para gastarme una broma. Luego, de forma gradual, surgió la idea de que sería interesante coleccionar especímenes de más especies de mamíferos", relata en phallus.is, la web del museo.
El museo, que desde 2004 está instalado en Húsavik, fue fundado inicialmente en Reikiavik.