El Ministerio de Trinidad Jiménez está elaborando un nuevo proyecto de Ley de Seguridad Alimentaria y ha remitido al congreso dicta una serie de inflexibles normas para vetar el consumo de refrescos azucarados y bollos en la escuela, según expone La Razón.
El artículo 40.5 del texto se refiere a prohibir "la venta de alimentos con un alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, sal y azúcares sencillos, ya sea mediante máquinas expendedoras o en cantinas, bares o locales similares situados en el interior de los centros escolares.
Según publica el diario, la restricción al consumo de estos productos no es óbice para que el mismo ministerio permita adquirir de forma libre la píldora del día después en las farmacias. El proyecto obliga, en todo caso, a disponer de "cartas de servicios" para profesores o padres en las que se indique "de forma legible el menú, así como las calorías y nutrientes principales de las comidas y bebidas, incluyendo aquellos ingredientes que puedan provocar alergias".
Las autoridades estarán obligadas a partir de esa ley a velar porque las comidas sean "variadas, equilibradas y estén adaptadas a las necesidades nutricionales de cada grupo de edad". Pero, tal y como publica La Razón, el texto tiene otros 69 artículos en esta misma línea.
El artículo 46 se refiere a la publicidad de alimentos a la infancia y la juventud, y "prohíbe la entrega de premios, obsequios, bonificaciones o similares como métodos vinculados a la promoción o venta de alimentos". La ley pretende eliminar incentivos al consumo de alimentos o ejercer lo que califican como "presión comercial" sobre los mismos.
Las cadenas de comida rápida ya han levantado sus voces contra este precepto, según La Razón. Y es que los productos que adjuntan regalos para los pequeños como los Happy Meal, o el Menú DiverKing, de McDonalds y Burger King, respectivamente, no podrán seguir siendo comercializados de esa manera.
La Agencia de Seguridad Alimentaria prevé, además, en su artículo 46.2, el prohibir "las comunicaciones comerciales electrónicas relativas a alimentos dirigidas a menores", con lo que quedarían vetados los anuncios de "refrescos, dulces o hamburguesas" en redes sociales de internet.
Por último, el artiuclo 44.3 mencionado por La Razón veta también "la aportación de testimonios profesionales, sanitarios, de personas famosas o conocidas por el púbico o de pacientes reales o supuestos, como medio de inducción al consumo". Esto prohíbe los anuncios de televisión como los que presenta Susana Grisso sobre Actimel, o Paz Vega con Vitalínea.