Un análisis de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia (Estados Unidos) de dos estudios de asociación amplia del genoma muestra que ciertos perfiles genéticos aumentan el riesgo de enfermedad arterial coronaria (EAC) y de ataques cardiacos (infarto de miocardio) en quienes padecen el trastorno. Los resultados del estudio se publican en la edición digital de la revista The Lancet.
Los investigadores compararon a 12.393 individuos con EAC con 7.383 personas que no padecían el trastorno para identificar localizaciones genéticas que predisponen a la enfermedad cardiaca. Para descubrir localizaciones que predisponen al ataque cardiaco compararon a 5.783 pacientes de EAC que habían sufrido un ataque cardiaco con 3.644 individuos con la enfermedad pero que no sufrieron infarto.
Los autores descubrieron una nueva localización, ADAMTS7, que aumentaba el riesgo de desarrollar EAC. En la comparación sobre ataques cardiacos, los resultados indicaron una nueva asociación en el grupo sanguíneo ABO. Descubrieron que el mismo gen que codifica la enzima en personas del grupo O proporcionaba protección contra los ataques cardiacos.
Según concluyen los investigadores, los descubrimientos indican que existen variantes genéticas específicas que predisponen al desarrollo de aterosclerosis coronaria, mientras que otras predisponen a la posterior ruptura de las placas y al ataque cardiaco agudo. "La relación con fenotipos específicos de la EAC podría modificar cómo se aplican las nuevas localizaciones a la evaluación de riesgos personalizados y al desarrollo de nuevas terapias para la EAC", afirman.