"Estoy preocupado por el hecho de que nadie haya podido probar que los teléfonos móviles no producen cáncer. Me viene a la memoria la experiencia de este país con los cigarrillos. Pasaron décadas entre las primeras advertencias sobre el tabaco y la conclusión final de que los cigarrillos causaban cáncer de pulmón", dijo Harkin.
Harkin ha empleado su influencia como senador para incrementar la investigación en medicina alternativa. Su papel fue decisivo para crear la Oficina de Medicina Alternativa en 1991, actualmente denominada Centro Nacional de Medicina Alternativa y Complementaria (NCCAM), con un presupuesto anual de 122 millones de dólares.
Los intentos de Joseph M. Jacobs, primer director de dicha Oficina, de intentar establecer algo de método científico para probar la eficacia de estos métodos alternativos, fueron combatidos por Harkin, quien consideró que "no es necesario que la comunidad científica entienda el proceso antes de que el pueblo norteamericano pueda beneficiarse de estas terapias". Jacobs renunció en 1994.
Las amenazas de Harkin llegan después de que el Gobierno francés haya anunciado restricciones en el uso del móvil pese a que no existen pruebas de que sean malos para la salud. Linda Erdreich, responsable de la firma Exponent, ha afirmado que "50 años de pruebas no habían demostrado que los celulares provocaran cáncer". "Esta parte del espectro es conocida como radiación no ionizante, esto significa que las ondas de radio no pueden dañar el ADN de las células", explicó.
Las emisiones electromagnéticas se diferencian entre sí por la frecuencia; cuanto mayor sea, más peligrosas son para la salud. Las frecuencias empleadas por antenas y teléfonos móviles es muy baja, ligeramente superior a las frecuencias de radio e inferior a las de mandos a distancia, que pese a no ser tampoco negativas para la salud, están más cerca de las frecuencias dañinas.
A este respecto, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés) emitió un comunicado en el que afirma que "no hay pruebas científicas que demuestren que el uso de la telefonía inalámbrica pueda causar cáncer, dolor de cabeza, vértigo o pérdida de memoria", conclusión que también apoya la agencia estadounidense del medicamento (FDA, por sus siglas en inglés).