El embarazo en mujeres diagnosticadas previamente de cáncer de mama es seguro y puede incluso llegar a reducir hasta un 42 por ciento el riesgo de fallecer en comparación con las pacientes que no conciben, según un estudio del Instituto Jules Bordet de Bégica presentado por el doctor Hatem Azim en la VII Conferencia Europea sobre Cáncer de Mama, que se celebra en Barcelona.
"El embarazo en las mujeres con cáncer de mama puede mejorar sus posibilidades de supervivencia", explicó Azim, quien realizó el estudio -en colaboración con investigadores italianos- en base a 14 ensayos a 1.417 mujeres con cáncer embarazadas y 18.059 sin concebir.
En las pacientes que concibieron después de un diagnóstico de cáncer se observaba una reducción significativa del 42 por ciento del riesgo de fallecimiento en comparación con las que no tuvieron hijos durante el tratamiento, explicó Azim.
Estos resultados son un "sólido argumento" contra la extendida creencia entre oncólogos y pacientes de que las mujeres con cáncer de mama no deberían quedarse embarazadas. Actualmente, el equipo médico de Azim está tratando de refinar los resultados mediante el análisis de subgrupos para examinar el efecto del momento del embarazo. Por ejemplo, para determinar en qué momento es más seguro concebir.
El cáncer de mama es el más común entre mujeres en edad fértil. Como las mujeres retrasan la maternidad, y la supervivencia del cáncer de mama ha mejorado, ha aumentado el número de supervivientes al cáncer que desean tener hijos una vez terminado su tratamiento.
Para Azim, este hallazgo permitirá mejorar la calidad de vida de millones de mujeres jóvenes, a las que sus doctores podrán recomendar tener hijos durante este proceso oncológico.
Interacción hormonal
Azim afirmó que la gestación "parece" conferir un efecto protector a las pacientes de cáncer de mama por motivos relacionados con la interacción de diversas hormonas y por el sistema inmunitario.
Los cambios hormonales durante la gestación son sumamente complejos, por lo que esta protección puede deberse a la interacción entre hormonas.
Asimismo, el sistema inmunitario puede actuar en la madre generando anticuerpos contra los antígenos fetales -proteínas que se encuentran en el feto que inducen una respuesta inmune si están presentes en el cuerpo de la madre- a modo de una vacuna antitumoral.