Científicos del Instituto del Cáncer de Ontario (Canadá) han descubierto una enzima que, manipulada, podría disminuir los efectos secundarios de la quimioterapia en pacientes con cáncer de cabeza y cuello, el octavo más común en el mundo. Los resultados de este estudio hecho en ratones y en personas han sido publicados en la revista especializada Science Translational Medicine.
Los investigadores canadienses han descubierto que la enzima uroporfirinógeno descarboxilasa (UROD) tiene un papel más importante de lo que se creía inicialmente en el cáncer.
Su peculiaridad es que actúa como pararrayos en las células del cáncer y su manipulación permitiría a los científicos dirigir la radiación y la quimioterapia hacia puntos específicos en el tejido enfermo donde se encuentre esta enzima.
"Esto significa que al poder enfocar la terapia a partes específicas de tejido, potencialmente se podrían aplicar dosis más bajas de radiación y quimioterapia sin comprometer la eficacia del tratamiento", indicó la doctora Emma Ito, científica del Instituto del Cáncer de Ontario y directora del estudio.
La doctora Ito y su equipo se han centrado en el cáncer de cabeza y de cuello, el octavo más común en el mundo, ya que el problema que presentan estos tumores es a menudo están cerca de estructuras corporales críticas, por lo que destruir el tejido enfermo es un reto delicado que puede llegar a amenazar la vida del paciente.
"A pesar de los avances en las últimas décadas, los efectos secundarios tóxicos asociados con las terapias actuales para el cáncer de cabeza y cuello han producido resultados decepcionantes en muchos pacientes", lamentó la doctora Ito.