No existe seguridad aún sobre la causa de la enfermedad de Alzheimer, aunque existen varias hipótesis. Entre ellas, destaca la referida a la acumulación anómala de proteínas beta-amiloide. Estas proteínas tienen varias funciones en el organismo, como la protección del estrés oxidativo o la regulación del transporte del colesterol, pero también son sospechosas de ser las responsables del desarrollo del Alzheimer porque en los cerebros de los afectados aparecen placas formadas por estas proteínas.
En esas placas, además de proteínas normales, se han encontrado priones, es decir, proteínas beta-amiloide mal plegadas. Las proteínas son una estructura formada por una serie de aminoácidos. Cada una está formada por una secuencia concreta de aminoácidos y tiene una forma determinada, derivada de esa secuencia. Los priones, pese a coincidir con la secuencia, no tienen la misma forma, y se dice que están plegados incorrectamente. Además, son capaces de infectar un organismo, provocando que proteínas normales se plieguen incorrectamente. El término "prión" se hizo conocido a la opinión pública por ser priones los responsables de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, o de las vacas locas.
Según informa El País, los científicos Claudio Soto, de la Universidad de Texas y el español Joaquín Castilla, del CIC bioGUNE, han inoculado extractos de cerebro de pacientes de Alzhéimer en cerebros de ratones y han comprobado que provoca la formación de placas de proteínas beta-amiloide mal plegadas, incluso en zonas muy alejadas de aquella en que se produjo la inoculación, lo que podría indicar que el mecanismo de propagación de dichas placas es infeccioso. La investigación se ha publicado en la revista Molecular Psychiatry.
No obstante, los propios científicos alertan que pese a haber encontrado este mecanismo resulta prematuro calificar el Alzheimer de enfermedad infecciosa. La razón es que ni siquiera se ha establecido la relación entre estas placas y los síntomas de la enfermedad, de ahí que sea sólo una de las hipótesis que se barajan como causa. Por ejemplo, se barajan razones hereditarias e incluso factores ambientales. Además, en otras enfermedades priónicas como el propio Creutzfeldt-Jakob la acumulación de priones provoca la muerte, y no parece que éste sea el caso con las placas del Alzheimer.