Lejos quedan ya aquellos días de marzo del año 2007, en los que muchos se despertaron del sueño de un país próspero, con fuentes de las que manaba miel y ríos donde flotaban fajos de billetes de 500 euros. De aquel país de ensueño, que estaba a punto de adelantar a Francia y a Alemania por la derecha, poco queda hoy en día. Bueno, nos queda ZP, que no es poca cosa, a disfrutar de lo votado.
Durante estos 3 años, hemos aprendido lecciones importantes, que siempre estuvieron ahí para quien quisiera verlas, entre ellas las siguientes:
- Que si ganas 5 y gastas 15, más pronto que tarde estarás en quiebra.
- Que los "activos" inmobiliarios, como cualquier otro, son tan susceptibles de incrementos en su precio, como de descensos en los mismos, y encima tienen la maldita manía de ser muy poco líquidos en circunstancias de mercado normales.
- Que planificar el presupuesto corriente de las Administraciones, dando por permanentes unos ingresos tributarios extraordinarios, sepultando dichos recursos en gastos improductivos, acaba en la insolvencia de dichas Administraciones, especialmente si las mismas se niegan a reconocer la mayor y continúan como si aquí no pasara nada.
- Que el dinero prestado al final siempre hay que devolverlo, junto con los intereses.
- Que el sistema financiero no es una ONG, armó la que armó porque había oportunidad, y una vez quemado el mercado, ha regresado a sus cuarteles de invierno, a lamerse las heridas.
- Que los reguladores, las autoridades, los medios y los expertos no siempre dicen la verdad, y que en la mayoría de los casos tienen sus propios intereses, y emiten opinión y valoraciones en función de ellos.
Podríamos seguir enumerando durante páginas y páginas otras tantas lecciones aprendidas. Seguramente ustedes, lectores de LD, tengan otras tantas que aportar. Al final, las podríamos reunir en un tomo y publicarlo como "Guía del Sentido Común".
Una vez recorrido a vuelo rasante el entorno actual, regresamos a la pregunta con la que abríamos esta columna: ¿hacia dónde nos dirigimos? Está claro que cada uno, en sus capacidades y percepción, es consciente de lo ocurrido en estos 3 años, sin embargo, estoy seguro de que no es eso lo que altera su sueño por las noches. Lo que de verdad envenena sus momentos de paz es la pregunta anteriormente formulada.
He llegado a esta conclusión tras hacer un pequeño estudio estadístico entre mis clientes, amigos y conocidos, empresarios en su gran mayoría, el ranking de consultas ha quedado como sigue:
1. ¿Hacia dónde vamos? Aquí parece que no hay nadie al mando, cada día aparece una ocurrencia, un parche, otra chapuza... menos empeorar, a esto no le queda otra.
2. ¿Hasta dónde voy a aguantar? Ventas en descenso; Convenios Colectivos sacados de una realidad paralela; la Administración que me cruje día sí, día también; ya he dado de garantía al banco hasta un riñón...y esto no mejora. Esta pregunta no deja de ser consecuencia de la primera, si lo analizamos detenidamente.
3. ¿Qué voy a hacer si lo pierdo todo? La respuesta es sencilla, me la enseñó un viejo zorro de los negocios que hoy ya no está entre nosotros: "volver a empezar, no queda otra, chaval".
Nos queda, por lo tanto, encontrar indicios que nos ayuden a intuir la respuesta a la primera pregunta. Para ello, hoy me gustaría dejarles tres gráficos para, si tienen a bien, los observen y mediten sobre ellos, pues nos indican la respuesta.
Grafico 1. PIB de España
La economía española necesita crecer a tasas superiores al 1,5 al 2 % sostenidos para crear empleo en condiciones; no sé ustedes, pero yo a la gráfica de color rojo no le veo muchas ganas de abandonar ese virtuoso equilibro que aporta el cero patatero.
Gráfico 2. Evolución del desempleo (EPA)
La gente tiene una curiosa manía cuando se encuentra desempleada, no se le ocurre nada mejor que consumir menos, y a ser posible, de lo más barato, lo cual es una muestra de falta de solidaridad y de optimismo patriótico. Es que así no hay quien arregle esto, con tanto cenizo.
Gráfico 3. Financiación
De nuevo nos movemos en torno al número que define el conjunto de indicadores actuales de la economía española: CERO. Salvo las Administraciones, que fagocitan todo el crédito disponible, la actividad crediticia privada, salvo honrosas excepciones, se compone de renovaciones de operaciones existentes, refinanciación y morosidad mutante.
En fin, creo que esto es suficiente para contestar a la pregunta inicial con la que comenzábamos. O vemos un cambio en éstas y otras magnitudes, basadas en una serie de reformas que en todo caso tardarían meses o años en surtir efecto, o el escenario más probable a día de hoy es el coma económico retroalimentado por un paro galopante, unas empresas insolventes y unos balances bancarios plagados de activos a precio "de amigo".
Por hoy les dejo con esta reflexión y una cita:
Compra solamente lo necesario, no lo conveniente. Lo innecesario, aunque cueste un solo céntimo, es caro. La economía es la ciencia de cercenar los gastos superfluos.
Lucio Anneo Séneca.
Sean buenos... si pueden.