“En el conjunto del año es más que probable que el consumo y la inversión se resientan de la subida de tipos del IVA y que esta medida produzca un efecto contractivo en la actividad que repercuta no sólo sobre la propia recaudación por IVA, sino también sobre el resto de los ingresos fiscales, que no alcanzarán los niveles recaudatorios que habrían registrado de no haberse aplicado la medida”, concluye el análisis realizado por la Cámara de Comercio de Madrid sobre las consecuencias que puede tener para la economía española el anuncio realizado por el Gobierno de Rodríguez Zapatero.
Esta decisión supone subir, a partir del próximo 1 de julio, el tipo medio del IVA en dos puntos, hasta el 18%, y en un punto el tipo reducido, hasta el 8%. En cambio, se mantiene en el 4% el tipo superreducido, que se aplica a los bienes de primera necesidad, fundamentalmente alimentos como el pan, la leche, el queso o los huevos.
El martes de la semana pasada, 27 de abril, el Congreso aprobó una proposición de Ley para extender el tipo superreducido al agua y a todos los productos de alimentación, incluida la carne y los productos elaborados, a los que actualmente se aplica el tipo medio.
El análisis de la Cámara de Madrid pone de relieve que “España no es el único país que ha optado por subir el IVA para sanear las finanzas públicas”, decisión que también han tomado este año siete miembros de la Unión Europea, cinco de ellos de la última ampliación: República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Grecia y Reino Unido. En cambio, Irlanda y Portugal han decidido rebajarlo.
Cuestión al margen de la crisis griega, que ha llevado al Gobierno de Giorgios Papandreu a decidir una nueva subida del tipo general del IVA, del 19% al 21%, en el Reino Unido ya se está comprobando en el consumo los efectos inmediatos de la subida de dos puntos y medio en el tipo medio del IVA, hasta el 17,5%, en vigor desde el pasado 1 de enero.
La medida del Gobierno de Gordon Brown ha provocado un retroceso del 1,7% en las ventas minoristas en el primer trimestre de 2010 respecto al cuarto trimestre del año anterior, teniendo en cuenta que estos datos están corregidos estacionalmente (www.statistics.gov.uk).
La experiencia británica actual lleva a la Cámara de Comercio de Madrid a la consideración de que la subida anunciada del IVA en España “puede suponer un freno a la incipiente recuperación económica, al repercutir negativamente sobre las decisiones de consumo e inversión”, mientras que la experiencia acumulada de las decisiones de subir este impuesto en España en 1992 y 1995 conducen a concluir que “no es seguro que se consiga aumentar los ingresos del Estado”.
Un impuesto sensible a la evolución económica
La recaudación por este impuesto el año pasado, incluyendo la participación de las comunidades autónomas y corporaciones locales, ascendió a 33.573,3 millones de euros, casi la cuarta parte del total de los ingresos que generó la Hacienda del Estado.
“Pero además de su potencial recaudatorio, el IVA es también un impuesto muy sensible a la evolución económica”, recuerda el informe de la Cámara de Madrid. De ahí que el año pasado, cuando la actividad económica cayó un 3,6%, la recaudación por IVA fuera un 30,1% menor a la de 2008, que a su vez había caído un 14% sobre la de 2007.
En cambio, la recaudación por IVA aumento un 2,2% en el primer trimestre de este año, después de 27 meses en negativo. Es la primera vez que el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, ha aportado un dato positivo en la presentación mensual de ejecución.
Sin embargo, la valoración que realizó Ocaña el pasado martes, 27 de abril, no pudo ser más cautelosa, ya que consideró que esta evolución positiva se explica también por otros factores ajenos a una posible recuperación de la economía, entre los que apuntó el hecho de que durante el primer trimestre se están abonando parte de los numerosos aplazamientos de deuda tributaria que las empresas solicitaron en 2009.
El análisis de la Cámara de Madrid recuerda que en los noventa se decidió subir el IVA en varias ocasiones y en ninguno de los casos se consiguieron los objetivos de recaudación esperados para así poner a raya al déficit público. De hecho, en 1992, también en recesión y con una tasa de inflación elevada, se decidieron dos subidas consecutivas, en enero y en agosto, que elevaron el tipo medio del IVA en tres puntos, hasta el15%.
Sin embargo, la recaudación por este impuesto cayó entonces un 11,2%, el primer descenso que se registraba desde su implantación. No obstante, ello se explica en buena parte por la desaparición ese mismo año del tipo incrementado, que gravaba con un 28% los automóviles, joyas y embarcaciones de recreo. En enero de 1995, los tipos medio y reducido del IVA volvieron a incrementarse, respectivamente, hasta el 16% y el 7%.
Entonces, la inflación se mantuvo constante (4,3% en 1995 y 1996) y la economía crecía a ritmo moderado (2,7% en 1995 y 2,4% en 1996). A pesar la benignidad de este escenario, la recaudación por IVA aumentó sólo un 5,8%, el segundo menor crecimiento de la década de los noventa y apenas la mitad del objetivo que llevó al Gobierno a determinar esta medida, que preveía aumentar un 10,6% la recaudación por este impuesto.
Efecto anticipatorio
La Cámara de Comercio de Madrid considera que la subida prevista ha sido anunciada con tanta antelación “probablemente con la intención de aumentar las decisiones de consumo en los meses anteriores, sobre todo, en los bienes de consumo duradero y en viviendas, lo que supondrá una ligera reactivación del PIB del segundo trimestre”. Ahora bien, para el tercer trimestre, el PIB “será probablemente algo inferior debido precisamente a ese efecto anticipatorio”.
La subida prevista por este impuesto supondrá entre 250 y 390 euros más al año para el consumo medio de las familias, al margen del efecto previsiblemente negativo que tendrá para los ingresos de sectores fundamentales de la economía española, como el turismo.