LD (M. Llamas) Jesús Martín, presidente de la Asociación Empresarios del Henares (AEDHE) y vicepresidente de CEIM, adscrita a la patronal CEOE, tiene muy claro el diagnóstico de la economía española, la falta de competitividad, y también la solución: afrontar cuanto antes las reformas de calado que precisa la economía española. Y es que, en caso contrario, la creciente deslocalización empresarial que ya sufre España se materializará en una prolongada crisis e incapacidad para generar empleo.
En una entrevista concedida a Libertad Digital, Martín defiende la batería de medidas, tanto coyunturales como estructurales, que se han propuesto desde su organización y que ha aceptado igualmente CEOE con el fin de ser discutidas en la mesa de negociación que en estos momentos sigue abierta entre patronal y sindicatos. Entre las coyunturales, destacan las enfocadas al incremento de la liquidez de las empresas como, por ejemplo, facilitar los aplazamientos del pago de IVA y las cotizaciones a la Seguridad Social, cobrar las deudas que las administraciones públicas mantienen con las pymes, o bajar el Impuesto de Sociedades y las cotizaciones sociales.
Destrucción laboral
La más polémica, sin embargo, ha sido el ya famoso "contrato de crisis". Una medida que ha sido “muy meditada”, y que tiene por objetivo “reducir el coste del despido sin carácter retroactivo”. El principal problema en estos momentos es “la pérdida de empleo”, explica Martín. “España se está enquistando en el paro debido a la desaparición de empresas. Por ello, proponemos un contrato que frene la destrucción laboral, que permita movilizar el empleo en época de crisis para que, cuando salgamos, mantengamos la estructura empresarial que nos permita salir adelante”.
“En CEIM solemos poner un ejemplo”, explica Martín. “La crisis es como un avión que tiene un accidente. Los que sobreviven no les quedan muchas ganas de volver a subirse. Pedimos un contrato que atenúe la desmotivación y que permita mantener la estructura empresarial lo máximo posible”.
Pero lo sustancial de las demandas empresariales se centra en la necesidad de aprobar reformas. “Es evidente que precisamos una reforma laboral. Tenemos un mercado de trabajo esquizofrénico. España presenta uno de los mayores índice de temporalidad y, además, cuenta con uno de los sistemas más rígidos de los países desarrollados. El mercado laboral español tiene la columna vertebral echa un cuadro", añade.
Como resultado, la economía nacional destaca por su "bajísima productividad y un elevadísimo absentismo laboral. Y todo ello no nos permite ser competitivos". Martín, que preside la patronal del Corredor de Henares, una de las zonas industriales más importantes de la región, carga contra el mal ejemplo que, en este sentido, ofrece el sector público. “Algunos se atreven a estimar que el absentismo en la Administración Pública alcanza el 25%". El problema es que la empresa privada, en muchos casos, se “empapa” de estas malas prácticas: “demandas sindicales, subidas salariales, el régimen laboral, la jornada, las bonificaciones... Empapa todo”.
"Política de gestos"
Pese a que los principales organismos coinciden en el diagnóstico, el Gobierno y los sindicatos rechazan cualquier tipo de reforma. Pese a ello, “tenemos la convicción de que, pese al discurso, existe el convencimiento de que esto no puede seguir así. Da la sensación de que el Ejecutivo se ha instaurado en una política de gestos, pero la realidad a la fuerza ahorca. Si te lo pide el FMI, el Banco Mundial, la OCDE, el Banco de España, los servicios de estudios... Si te lo dice todo el mundo, yo no me creo que el Gobierno viva instalado en una isla de conocimiento y el resto estemos locos", incide.
“Probablemente, tendrán que empezar a resolver la esquizofrenia de decir una cosa y pensar otra, porque nuestros resultados en el empleo demuestran claramente que el actual sistema laboral español no es adecuado”. Y es que, "si no se afrontan grandes reformas de calado, este país estará condenado, puede que por generaciones, a vivir en una situación muy muy complicada".
Martín se niega a hacer pronósticos. “No sé si llegaremos a 4 ó 5 millones de parados, un déficit público del 5 ó del 10% del PIB... Lo que es evidente es que no se crecerá, el paro aumentará y el déficit publico hará insostenible la economía española. El panorama es muy grave", advierte.
"El cuadro clínico de España es demencial"
La crisis económica es global, pero Martín diferencia entre unos países y otros. “Es cierto que todo el mundo está enfermo y hospitalizado, pero el cuadro clínico de España es absolutamente demencial: el doble de paro que la media de la UE; el déficit comercial más grande -ingresamos 10 y gastamos 11, y lo hacemos desde hace años-; un sistema laboral que castiga al sector más activo en la creación de empleo”, tal y como denuncia la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT); “un sistema educativo con los peores resultados de la OCDE, que no genera disciplina ni incentiva el emprendimiento ni el riesgo, sin valores; un sistema fiscal que es desincentivador, ya que tenemos el Impuesto de Sociedades más alto de los países de nuestros entorno; una Administración Pública carísima e improductiva... "¿Cinco millones de parados?", se pregunta Martín. "Y más, a este paso. El panorama es atroz", alerta.
El vicepresidente de CEIM, responsable del área de Asuntos Económicos dentro de la patronal madrileña, destaca la difícil situación que vive la industria española. “El problema es que aquí, con las regulaciones existentes, los ajustes en la producción se convierten en deslocalizaciones empresariales”. En este sentido, Martín indica que los expedientes de regulación de empleo (ERE) y los cierres de empresas que están teniendo lugar “tienen pinta de ser definitivos”.
Cada país, dentro de su particular marco laboral, está “adoptando medidas para facilitar la competitividad, pero en España, ni si quiera contamos con un mercado de trabajo que facilite optimizar el sistema productivo”. Así, España no ofrece, hoy por hoy, un “escenario competitivo” para las empresas privadas. La regulación vigente es una "soga al cuello para la industria", destaca Martín. "¿Dónde está nuestra ventaja competitiva en estos momentos? Hay que emprender reformas profundas”, insiste.
El drama de la deslocalización empresarial
“Todo el mundo está siendo muy exigente en su cadena de valor para sobrevivir, optimizando la producción al máximo. Y esto en España se traduce en deslocalización de empresas”. Pese a todo, sí existen ciertas zonas competitivas para la industria, como por ejemplo Madrid, “con una alta concentración de conocimiento, o Cataluña y País Vasco, que cuentan con un importante tejido industrial”, pero poco más, explica.
Lo más grave del actual panorama es que la industria es el sector que más invierte en investigación y desarrollo (I+D+I). "La carga del I+D reside en el mundo industrial. Pero si no tienes industria no tienes investigación, y sin ésta olvídate de la sociedad del conocimiento. Y sin conocimiento España se podría convertir en una país bastante mediocre". Desde CEIM se aboga por incentivar este campo crucial en el desarrollo económico mediante la formación y desgravaciones o bonificaciones fiscales.
Por último, como representante de la patronal madrileña, Martín destaca la actitud y el entendimiento que existe con la Comunidad de Madrid. "En Madrid encontramos una enorme actitud de empatía. Recibimos, sentimos y agradecemos todo esta colaboración, ya que la administración autonómica acepta muchas de las medidas que proponemos". Como resultado, "Madrid está creando una zona industrial muy competitiva".
Madrid, a la vanguardia
Martín destaca la bajada de impuestos aplicada por la Comunidad que preside Esperanza Aguirre, así como la simplificación de trámites burocráticos. En especial, destaca la posibilidad de que las empresas puedan acogerse a la regulación vigente a nivel nacional que más beneficie a la empresa. Una medida si precedentes en el país. Este conjunto de facilidades hace que muchas empresas, puestas a localizarse, “lo hagan aquí”, añade Martín.
"Madrid está siendo vaguardista en la aplicación de medidas, y esto tiene mucho que ver con la actitud de escuchar a los agentes que generan empleo (empresas). Si Madrid tuviera más competencias obtendríamos mas resultados, pero cuenta con un nivel de competencias limitado, sobre todo, en lo relacionado con el ámbito empresarial”.
Desde CEIM, se insiste ahora en que la Comunidad de Madrid se decida a aplicar “el silencio administrativo positivo. Ahora más que nunca, hay que seguir apostando por dinamizar mucho la economía, liberalizando todos los procesos que son totalmente inútiles”, como los obstáculos administrativos a la apertura y desarrollo de empresas, destaca Martín. Y es que, "tenemos que acostumbrarnos a sobrevivir sin que nadie te ayude. Me refiero a los políticos, a las administraciones públicas en general y a los sindicatos”. Sobre todo, en un escenario de crisis como el actual, concluye.