Miguelín respira, parpadea, sonríe y sueña durante los próximos seis meses con las ciudades que legamos a las nuevas generaciones gracias a un sistema de animación en la sala “Hijos”, que completa el recorrido del visitante por el pabellón español.
En este bebé, la Sociedad Estatal para Exposiciones Internacionales (SEEI) pretende encarnar las propuestas para mejorar las ciudades, como el reciclaje y las energías limpias, los nuevos medios de transporte, la solidaridad, la igualdad o la educación.
La madre de la criatura es Isabel Coixet, quien ve en la cultura china y la española la pasión compartida por los niños. “Aquí los bebés les alucinan, les fascinan todavía más que en España. Es un símbolo universal y a todo el mundo teóricamente le gustan los bebés, pero aquí con la política del hijo único, hay una glorificación y respeto todavía más grande”, dijo Coixet.
“Hemos dado muchas vueltas hasta llegar a esto. He investigado con asesores, amigos y artistas chinos que conozco”, precisó Coixet, para sentenciar que los chinos “se pelearán por hacerse la foto con Miguelín”.
La directora catalana de La vida secreta de las palabras o Mapa de los sonidos de Tokio presentó a Miguelín el lunes en Pekín a la prensa junto al director Bailisio Martín Patino, autor del montaje de la segunda sala del pabellón español, que lleva por título “Ciudades”.
En ella, Martín Patino narra en cinco grandes pantallas y en tan sólo siete minutos y medio, cómo han cambiado las ciudades españolas en las últimas décadas, tras un rodaje de casi un año por las ciudades más destacadas de la geografía española.
Martín Patino presenta su visión al ritmo de la música de “El retablo de Maese Pedro”, del compositor Manuel de Falla. “Era muy consciente de que en el pabellón necesitábamos algo que llamara la atención y que se hablará de ello en los periódicos y que hiciera que la gente hiciera cola en el pabellón español”, asegura Coixet a Libertad Digital.
Para Coixet, lo que más le atraía de participar en este proyecto “era la posibilidad de hacer algo que no fuera una película, que no fuera un documental, que no fueran las cosas a las que está acostumbrada”.
“Yo creo que un creador sólo está vivo si de repente sale de su zona de confort y hace otra cosa que al principio le cuesta”, afirmó Coixet, quien recalca que le “costó encontrar cómo abordar el proyecto sin recurrir a imágenes, sin recurrir a cosas que yo ya había hecho antes, como documentales”.
Coixet puntualizó que ve en China “un cambio brutal, otro país, otra estética, otras maneras de vivir” desde que visitó el gigante asiático hace ya 15 años en un viaje procedente de Mongolia. “Hay unas contradicciones tan flagrantes, pero tan interesantes en la calle. Por ejemplo, las diferencias entre el norte y el sur, el campo y la ciudad, son brutales, y me gustaría saber más de ellas”, precisó Coixet.
Para la directora, participar en la Expo de Shanghai de la mano de Miguelín es una “primera toma de contacto, de ver cómo reaccionan cuando vengan al pabellón, que entienden de nosotros y también una buena oportunidad para ver que perciben de lo que pretendemos contar”. El diseño del gran cesto de mimbre del pabellón español de la arquitecta Benedetta Tagliabue, transmite la impresión de que el bebé de Miguelín recibe al visitante dentro de su propia cuna.
Isabel Coixet diseña un bebé gigante para el pabellón español de Shanghai
Se llama Miguelín y es un bebé gigante de 6,5 metros de alto diseñado por la cineasta Isabel Coixet para atraer a los chinos al pabellón español en la Expo Universal de Shanghai, que comienza en apenas en diez días.
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