(Libertad Digital) Así lo revela un estudio de Arval, compañía especializada en renting perteneciente al grupo BNP Paribas. En la actualidad, la mitad de los gastos de las empresas en materia de flotas dependen del uso que los propios usuarios hagan de sus automóviles.
El estudio -realizado entre más de 4.000 gestores de flotas de pymes y grandes empresas en diez países- pone de manifiesto la preocupación creciente de las compañías por orientar su car policy hacia criterios medioambientales y de seguridad vial, por su papel sobre el control de costes en un contexto marcado por la falta de liquidez y el fuerte endeudamiento de grandes empresas, pymes y autónomos.
Con respecto a los aspectos más valorados por los gestores de flotas a la hora de desarrollar su car policy, el 68% destaca la seguridad de los conductores por encima de otros factores como la ecología y la propia motivación de los empleados que son apreciados por la mitad de los encuestados. Esta preocupación por la seguridad es más patente entre las grandes empresas, donde casi ocho de cada diez reconoce ser una prioridad, frente a siete de cada diez pymes.
El estudio de Arval muestra que la preocupación por la seguridad vial en las empresas españolas supera incluso a otros países de nuestro entorno teóricamente “más avanzados”. Así, el 73% de las compañías españolas reconoce haber implementado al menos una acción de seguridad vial para reducir el riesgo de sus conductores en carretera, frente al 60% de las europeas.
Asesoramiento en vehículos más eficientes y seguros
Conscientes de esta realidad, Arval ha creado su particular Política de Vehículos de Empresa (Company Car Policy, CCP), con la que ayuda a generar oportunidades de ahorro a sus clientes, en tanto que contempla programas de control y reducción de costes, orientados, cada vez más, hacia la selección de vehículos más eficientes y más seguros.
Asimismo, a la hora de establecer la política de vehículos de empresa, Arval ha lanzado su calculadora “TCO” (Coste Total de Propiedad), con la que evalúa los costes directos (financiación y servicios fijos) e indirectos (derivados del conductor), es decir, todos los costes previsibles relacionados con el uso de los mismos, como consumo de combustible, seguros, gestión de impuestos, vehículo de sustitución o asistencia en carretera.
Gracias a este enfoque, el cliente está en disposición de sacar el mayor rendimiento a su flota, ya que la compañía de renting propone servicios y presupuestos adaptados a ellos, e incluso, opciones distintas a las planteadas en un principio tras analizar el coste total de esta prestación, con el fin de garantizar el mayor ahorro en su gestión de flotas.