LD (EFE) Según ha dado a conocer este lunes el Banco Central Europeo (BCE), el crecimiento anual de este agregado monetario en el trimestre de noviembre del pasado año a enero de este fue del 9,7 por ciento, frente al 9,2 por ciento entre octubre y diciembre de 2006. El banco europeo añadió que los préstamos al sector privado tuvieron una tasa de crecimiento anual en enero del 10,6 por ciento, frente al 10,7 por ciento de diciembre. Al mismo tiempo, el crecimiento de créditos para el pago por la compra de una vivienda bajó en enero hasta el 9,3 por ciento, frente al 9,5 por ciento de diciembre.
La expansión monetaria se sitúa todavía muy por encima de los niveles que el BCE establece adecuados para salvaguardar la estabilidad de precios a medio plazo, que se sitúa en un crecimiento de la masa monetaria, del M3, del 4,5 por ciento. Sin embargo, el analista de Commerzbank Michael Schubert ha declarado a la agencia de noticias EFE que esta fuerte expansión de la masa monetaria en circulación se debe "al alza de los componentes que se han beneficiado de las últimas subidas de los tipos de interés". Por ello, Schubert considera que "pese a la aceleración de la dinámica del M3, no existen riesgos inflacionistas adicionales".
Los mercados dan por seguro que el banco europeo subirá el precio del dinero en su reunión del jueves de la próxima semana, en 25 puntos básicos, hasta el 3,75 por ciento. El BCE elevó en 2006 las tasas a corto plazo para los países que comparten el euro en cinco ocasiones, en 0,25 puntos porcentuales cada vez, hasta el actual 3,50 por ciento. Estos incrementos de las tasas han contribuido a una estabilización del crecimiento de los créditos al sector privado, hipotecarios y de consumo, en los últimos meses. El bajo nivel de los tipos de interés en el área del euro ha contribuido durante mucho tiempo a intensificar el crecimiento del crédito en la zona, sobre todo las hipotecas.
La medición del dinero en circulación constituye uno de los dos pilares en los que el banco emisor europeo basa su política monetaria, cuyo fin es lograr la estabilidad de los precios, y sirve de referencia a la entidad para poder prever la inflación en los doce países que comparten el euro. Los expertos señalan que un fuerte crecimiento de la masa monetaria es un riesgo inflacionista. El otro pilar del BCE para pronosticar la inflación y decidir la política monetaria se basa en el crecimiento de los precios y otros indicadores macroeconómicos.
El agregado M3 comprende el efectivo en circulación, depósitos a la vista y a plazo hasta dos años, depósitos disponibles hasta 3 meses, cesiones temporales de deuda y fondos de inversión en activos del mercado monetario (FIAMM).
La expansión monetaria se sitúa todavía muy por encima de los niveles que el BCE establece adecuados para salvaguardar la estabilidad de precios a medio plazo, que se sitúa en un crecimiento de la masa monetaria, del M3, del 4,5 por ciento. Sin embargo, el analista de Commerzbank Michael Schubert ha declarado a la agencia de noticias EFE que esta fuerte expansión de la masa monetaria en circulación se debe "al alza de los componentes que se han beneficiado de las últimas subidas de los tipos de interés". Por ello, Schubert considera que "pese a la aceleración de la dinámica del M3, no existen riesgos inflacionistas adicionales".
Los mercados dan por seguro que el banco europeo subirá el precio del dinero en su reunión del jueves de la próxima semana, en 25 puntos básicos, hasta el 3,75 por ciento. El BCE elevó en 2006 las tasas a corto plazo para los países que comparten el euro en cinco ocasiones, en 0,25 puntos porcentuales cada vez, hasta el actual 3,50 por ciento. Estos incrementos de las tasas han contribuido a una estabilización del crecimiento de los créditos al sector privado, hipotecarios y de consumo, en los últimos meses. El bajo nivel de los tipos de interés en el área del euro ha contribuido durante mucho tiempo a intensificar el crecimiento del crédito en la zona, sobre todo las hipotecas.
La medición del dinero en circulación constituye uno de los dos pilares en los que el banco emisor europeo basa su política monetaria, cuyo fin es lograr la estabilidad de los precios, y sirve de referencia a la entidad para poder prever la inflación en los doce países que comparten el euro. Los expertos señalan que un fuerte crecimiento de la masa monetaria es un riesgo inflacionista. El otro pilar del BCE para pronosticar la inflación y decidir la política monetaria se basa en el crecimiento de los precios y otros indicadores macroeconómicos.
El agregado M3 comprende el efectivo en circulación, depósitos a la vista y a plazo hasta dos años, depósitos disponibles hasta 3 meses, cesiones temporales de deuda y fondos de inversión en activos del mercado monetario (FIAMM).