L D (EFE) En una carta de la titular de Medio Ambiente, Cristina Narbona, remitida a su homólogo de la Comunidad de Madrid, Mariano Zabía, ésta indica que se "reafirma en la valoración negativa" a esta infraestructura, tras la "confirmación de la presencia" de este felino, considerado el más amenazado del mundo.
Narbona recuerda que esta obra ya tuvo declaración de impacto ambiental negativa y que, desde el Ministerio, se está haciendo "el máximo esfuerzo para la protección y recuperación de esta emblemática especie, en gravísimo riesgo de extinción", por lo que reclama un "análisis conjunto" de la nueva situación creada. "Sería de todo punto necesaria la inmediata paralización cautelar de las actuaciones previstas en la M-501, para tomar, en su caso, las decisiones más idóneas, en el ámbito de la Estrategia Nacional para la Conservación del Lince", señala el escrito.
Según Medio Ambiente, la ministra ya le trasladó al consejero, en agosto de 2005, su preocupación por la decisión del Gobierno de la Comunidad de Madrid de ejecutar este proyecto, pese a la existencia de una Declaración de Impacto Ambiental negativa, así como del informe del CSIC que alerta de los valores ecológicos que resultarán afectados por esta infraestructura. Cristina Narbona advertía en aquella ocasión, según el comunicado del Ministerio, de que podía constituir un "incumplimiento" de la normativa comunitaria en materia de evaluación ambiental.
Narbona recuerda que esta obra ya tuvo declaración de impacto ambiental negativa y que, desde el Ministerio, se está haciendo "el máximo esfuerzo para la protección y recuperación de esta emblemática especie, en gravísimo riesgo de extinción", por lo que reclama un "análisis conjunto" de la nueva situación creada. "Sería de todo punto necesaria la inmediata paralización cautelar de las actuaciones previstas en la M-501, para tomar, en su caso, las decisiones más idóneas, en el ámbito de la Estrategia Nacional para la Conservación del Lince", señala el escrito.
Según Medio Ambiente, la ministra ya le trasladó al consejero, en agosto de 2005, su preocupación por la decisión del Gobierno de la Comunidad de Madrid de ejecutar este proyecto, pese a la existencia de una Declaración de Impacto Ambiental negativa, así como del informe del CSIC que alerta de los valores ecológicos que resultarán afectados por esta infraestructura. Cristina Narbona advertía en aquella ocasión, según el comunicado del Ministerio, de que podía constituir un "incumplimiento" de la normativa comunitaria en materia de evaluación ambiental.