Así que, en declaraciones a la agencia EFE, decide criticar al anterior Gobierno: "Al PP se le olvida que los actos de este aniversario están programados desde hace más de un año, que es cuando el Gobierno español tenía que haber elevado la protesta y haber expresado su malestar y su disgusto por la celebración de unos acontecimientos de estas características". No dudó tampoco en calificar de "llamativo" que el PP "ahora quiera criticar este conflicto, entre comillas, y que se le haya olvidado que en la época de su gobierno un submarino nuclear británico, averiado, el Tireless, estuvo un año frente a las costas gibraltareñas causando una importante situación de tensión". El submarino nuclear recaló también con el PSOE de ZP en Gibraltar.
De nuevo en el papel más de ministra de Exteriores que de alto cargo del partido, Jiménez dice que "lo que es evidente es que si un ministro de Defensa británico llega a Gibraltar para celebrar el trescientos aniversario de la toma del Peñón, con un carácter además marcadamente militarista, desfiles y despliegues de tropas, el gobierno español tiene la obligación de hacer llegar al británico su malestar y elevar una protesta formal, pero eso lo hemos hecho ahora y se ha hecho en el pasado por todos los gobiernos, porque forma parte de nuestras relaciones diplomáticas".
Rebajando el tono
Añade la concejala que el asunto "se queda en una protesta diplomática, porque el gobierno británico ya nos ha manifestado su intención de normalizar las relaciones y de que esto no dificulte nuestros contactos, y lo mismo piensa el ministro Moratinos. Esto es lo que queremos que continúe en el futuro", concluyó.
Pero para conocer la postura del jefe de la diplomacia española hay que recurrir al diario El País. Allí es donde Moratinos fija su posición y se dirige al primer ministro Tony Blair. Escrito desde Marruecos y bajo el título “Gibraltar, más allá del 4 de agosto”, el ministro de Exteriores dice que “cabría esperar un ejercicio de autocontención por parte del Gobierno británico” y destaca la “clara falta de sensibilidad” ejercida por el gabinete Blair.
Dice también que “el Gobierno español defenderá con firmeza sus posiciones cuando le asista la razón y la justicia, pero preferirá el diálogo a cualquier provocación o enfrentamiento estéril”. Tras destacar sus intenciones de que “la política del Gobierno español tenga un rostro humano y un componente importante de contactos personales, de contactos entre sociedades civiles”, el ministro concluye que “con esta conmemoración de un hecho militar del pasado se hace un flaco favor alas relaciones con España. Nosotros queremos actuar, en cambio, para que la próxima conmemoración se haga ya en un marco de encuentro, de colaboración y de superación de un pasado, que debe ser sólo eso, pasado, pero nunca presencia lacerante”.