Según afirma E-noticies, un estudio sobre los hábitos de lectura de los catalanes del Gremio de Editores en Lengua Catalana y de la Asociación de Editores en Lengua Catalana, el 40% de los catalanes afirma no leer nunca o casi nunca un libro. Además, de los entrevistados, el 78% lee habitualmente en castellano, mientras que el 20, 4% lo hace en catalán.
Estas estadísticas nos reflejan la realidad social en Cataluña, sólo uno de cada cinco catalanes lee habitualmente en catalán. Esto nos lleva a pensar que los miembros de la Generalidad, es decir, los representantes de todos los ciudadanos de Cataluña actúan, en política lingüística, ignorando al 80% de la población catalana.
Las decisiones del Gobierno en materia lingüística como la de invitar a la feria de Frankfurt sólo a autores que escriben en catalán, las multas que reciben las tiendas y otros establecimientos comerciales por rotular en castellano o potenciar el cine catalán de forma exagerada con dinero público, falsifican la realidad catalana. Una sociedad plurilingüe pero más acostumbrada a utilizar como lengua de cultura el castellano antes que el catalán.
Esto demuestra una vez más que la Generalidad es incapaz de preocuparse por lo que realmente es alarmante, es decir que el 40% de los catalanes apenas lee nada y para confirmarlo sólo hay que comparar las subvenciones del Gobierno catalán dedicadas a fomentar la lectura y las dedicadas a imponer la lengua catalana.
Pero lo que es realmente más preocupante es que una sociedad catalana como la nuestra, sigue predominando un modelo político que ningunea al 80% de la sociedad.