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Juan Carlos Girauta

Le falta altura a esa bajeza

Si hoy pretende resucitar al tercer día, ayer quiso enmendar las Tablas que Jehová entregó a Moises como si se tratara de un reglamento de la Diputación de Albacete.

Enterada de que su nombre sonaba para altos cometidos, Elena Valenciano, secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE y portavoz de su partido en el Parlamento Europeo se creyó en la necesidad de darse un empujoncito, hacerse conspicua, demostrar que estaba en el rollo y lanzarle un guiño a Zapatero. ¿Qué hacer?, se preguntaba. ¿Me presento en la ejecutiva vestida de República? No, que igual me resfrío. ¿Me pinto una ceja circunfleja? No, que parezco Jack Nicholson haciendo de Joker. ¿Me como un melón con sal cuando pase por mi lado? ¿Me exhibo con las obras completas de Philip Pettit? ¿Salgo al estrado en Estrasburgo y grito ¡Everybody bonsai!? ¡No, no y no! Creerá que me estoy quedando con él... ¿Qué hacer? ¡Ya está! Un chistecito sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Le va a encantar.

"Estoy dispuesta a que renunciemos a los cuidados paliativos antes de morir con la condición de resucitar al tercer día. ¿Dónde hay que firmar?" Ya está. A esperar la polémica. El arzobispo de Pamplona me encendió la chispa; he logrado mezclar a nuestro icono el doctor Montes con una oportuna ofensa a la fe cristiana. Sembrá, he estado sembrá. Si encima llego a colocar alguna morcilla sobre las fosas de la guerra, me llevan en volandas. A ver si me he precipitado y esto tenía más juego...

A esta librepensadora no la cogerán jamás en una ofensa al islam. Y hasta es posible que en su autopromoción acabe asistiendo a una de aquellas misas en que se comulga con una barra de cuarto o un bollicao, si se tercia, porque eso es otra cosa, ya te digo. Ignora esta mujer que la resurrección de los fieles no funciona al tercer día, por eso ha ido a compararse con el Redentor.

Con todo, yo creo que hay madera de monja, pues lo religioso la perturba. Ya en 2006 le dijo a El País que "No aguantarás debería ser el undécimo mandamiento". Como vemos, el problema de su vocación es que aborda aquellos puntos que sin duda constituyen comprensibles dudas con una arrogancia desconcertante. Por eso si hoy pretende resucitar al tercer día, ayer quiso enmendar las Tablas que Jehová entregó a Moises como si se tratara de un reglamento de la Diputación de Albacete.

Ignora asimismo su condición de digna sucesora de Antonio Riera, juzgado por herejía, quien sostuvo que, un día, todas las iglesias se convertirían en establos y se aplicarían a usos inmundos. Cosas del siglo XIV que excitarían hoy mucho al progrerío si se tomara la molestia de leer la Historia de los Heterodoxos Españoles. Aunque para entrar en ella les habría exigido don Marcelino más altura en su bajeza.

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