La victoria de Rodríguez Zapatero en las urnas con una nueva dependencia de los nacionalistas para mantenerse de nuevo en el poder es el peor resultado electoral de los posibles para España. Zapatero vuelve a depender del PNV y probablemente cambie a ERC, cuyo batacazo es espectacular, por una CiU que mantiene posiciones. Lo relevante es que los otrora llamados nacionalistas moderados han dejado de serlo hace mucho, si es que alguna vez lo fueron realmente. Ya puestos, hubiera resultado incluso conveniente una mayoría absoluta para que por lo menos el PSOE no se parapete tras los radicales antiespañoles para justificar sus desmanes.
Mariano Rajoy ha conseguido una muy relevante subida en porcentaje de votos y también en escaños pero no gana, que al fin y a la postre es lo que cuenta. Una derrota digna pero que debe llevar a pensar a los dirigentes de la calle Génova por qué Zapatero ha conseguido su propósito en su primera legislatura, es decir, que el odio al PP se afiance e incluso aumente enteros, un intangible difícil a la hora de plantarle cara.
Por lo demás, poco queda por decir sobre el merecido revolcón sufrido por el furibundo comunista Gaspar Llamazares y la previsible desaparición de EA y CHA y mucho, en cambio, sobre el merecido escaño para Rosa Díez de UPyD. Enhorabuena para la ex dirigente socialista, su voz será importante en un Parlamento corista de Zapatero que camina de nuevo hacia el cordón sanitario a marchas forzadas.
A partir de ahora los dos principales desafíos que tiene por delante el Gobierno de la todavía nación española son nada menos que dos referéndum para la independencia en el País Vasco y en Cataluña. El primero de ellos con las pistolas encima de la mesa y con unas negociaciones con los terroristas que, a buen seguro, se retomarán de nuevo a espaldas de todos los españoles. Veremos por tanto nuevos paseítos y refriegas en la ducha para los De Juana Chaos de turno y nuevas proclamas de hombres de paz a los Oteguis de nuevo cuño. Zapatero ha revalidado su Gobierno. España se tambalea, y sólo él será responsable de la culminación de los destrozos que comenzó a perpetrar hace cuatro años.
