Si algo han provocado las políticas radicales y sectarias de Rodríguez Zapatero (el último ejemplo lo proporciona el Ministro de Justicia al comparar al Partido Popular con ETA) es la aparición de un amplio movimiento civil de resistencia al autoritarismo e irresponsabilidad del Gobierno de España. Entre las diversas iniciativas, que no aspiran a vivir del erario público ni desean convertirse en correa de transmisión de partido político alguno, destaca Hazte Oír, organizadora de la campaña "Yo rompo" y del acto "Yo rompo con Zapatero" que tuvo lugar ayer por la tarde en Madrid.
Incapacitados para celebrar el evento al aire libre debido a la doble vara de medir de la Delegación del Gobierno en Madrid, que autoriza manifestaciones injuriosas ante la sede el PP en plena campaña electoral mientras prohíbe una protesta pacífica y respetuosa en el centro de la capital de España, los convocantes tuvieron que optar por un hotel, abarrotado por los cientos de personas que acudieron a expresar su solidaridad con los perjudicados por la política del PSOE.
Cabe destacar la variedad y diversidad de los que tomaron la palabra. Entre ellos, un pastor evangélico, Francisco Caja, de Convivencia Cívica de Cataluña, un representante de los damnificados por el caso Fórum Filatélico, Francisco José Alcaraz, de la AVT, y el socialista José Luis Balbas, quien fuera artífice del triunfo de Rodríguez Zapatero en el XXV Congreso de su partido. En definitiva, personas de perfiles políticos, sociales y religiosos muy dispares, y sin embargo unidas en la denuncia de una acción de Gobierno que, como señaló Balbás, no va contra un partido, sino contra el país entero, y que según Francisco Caja constituye una impostura a la que es necesario poner fin el nueve de marzo.
Entre las múltiples y siempre necesarias alusiones a la negociación del Gobierno con los terroristas y al maltrato a sus víctimas, no faltaron referencias a Educación para la Ciudadanía, cuyo sesgo radical y atentatorio contra la libertad y los derechos humanos, como el de los padres "a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos", fue recordado por Leonor Tamayo, de Profesionales para la Ética. También se criticó el mal llamado laicismo, que no es otra cosa que ateísmo militante, la peligrosa alianza de Zapatero con las dictaduras, y dislates jurídicos como la ley de matrimonio homosexual. Una cosa es defender la separación entre Iglesia y Estado o luchar contra la discriminación y otra muy diferente llamar por el mismo nombre cosas distintas, usando después esta falacia para legitimar políticas atentatorias contra la libertad de expresión y de conciencia.
Libertad Digital, uno de los escasos medios de comunicación que han recogido el mensaje de este movimiento, ejemplo de protesta política cabal, civil y democrática, suscribe lo expresado ayer en Madrid. Además, esperamos que esta ruptura con Zapatero se materialice el próximo domingo en un rechazo claro y masivo al actual liderazgo del PSOE. Otra izquierda, honrada, poseedora de un proyecto nacional, dispuesta al diálogo y al consenso y respetuosa con la diferencia, es posible. Sin embargo, la regeneración del socialismo español, una ideología con la que se identifica buena parte de la población, pasa necesariamente por la derrota sin paliativos de Rodríguez Zapatero en las próximas elecciones generales. Sólo así España podrá retomar la senda de la mesura, un camino que nuestros actuales gobernantes nunca debieron abandonar.