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Pedro de Tena

Abribonados

Fue de abribonamiento el intenso proceso espiritual que experimentó Juan Guerra tras comprobar cómo algunos supuestos socialistas se llenaban los bolsillos con dinero público delante de sus narices. Entonces, según la leyenda, exclamó: "¿Y por qué no yo?"

Muchos piensan que la tragedia de la oligarquía socialista que gobierna Andalucía es que se ha abribonado, que se sometido a un proceso voluntario de abribonamiento que le ha conducido a la insensibilidad moral y al despotismo político. Abribonarse es, como se sabe, convertirse en bribón o bribona, claro, pícaro, ladino, artero o bellaco. O en femenino. Dícese que fue de abribonamiento el intenso proceso espiritual que experimentó Juan Guerra tras comprobar cómo algunos supuestos socialistas se llenaban los bolsillos con dinero público delante de sus narices. Entonces, según la leyenda, exclamó: "¿Y por qué no yo?" La reflexión, infausta para él, le condujo a consecuencias de todos conocidas. Luego, visto lo visto, Juan Guerra, que no tiene disculpa, era un peón de briega de la política nacional que contribuyó involuntariamente a la caída de su hermano y a la victoria pírrica de su peor enemigo, el "Rencor González", como se recuerda a menudo.

Fue aquella la época de gloria del discurso de los "descamisados", que duró bastante, hasta que comenzó a descubrirse la afición de no pocos socialistas, los de la oligarquía, a situarse en consejos de administración de sociedades públicas, privadas propias o privadas ajenas. Pero ya hay otros hermanos, y de otros oligarcas, en trance de culminar el aprendizaje de la bribonería. Fíjense en la dinastía de los Chaves, o en la familia Zarrías, o en el clan de Alcalá; incluso en el clan Cervera del que damos cuenta esta semana en nuestra Tela de Araña Andaluza.

Bribón, viene de briba –holgazanería picaresca–, y de ahí, conduce a bribia, que quiere significar "arte y modo de engañar halagando con buenas palabras" y, concretando aún más, "hacer arenga de pobre, representando necesidad y miseria". El máximo bribón, el bribonazo por excelencia, es el que dice estar con los pobres, haciendo teatro de la indigencia, y luego, por detrás, se dedica a sus negocios privados con suculentos beneficios. Dicho de manera más directa, todo bribón que se precie ha de ser, además, hipócrita. Como aquel del fraile de Bocaccio, al que untaron de pez y plumas el cuerpo para hacer creer a los incautos que era el mismo Arcángel San Gabriel, consolador nocturno de las mujeres venecianas. Antonio Machaco, en sus canciones, considera sin embargo que la máxima jerarquía del bribón está en el infierno:"Será el peor de los malos / bribón que olvide / su vocación de diablo."

Bribón era el apelativo de Hércules, el Melitense. Lo cuenta Aristófanes en Las Ranas. Tal vez, tantos trabajos le condujeron al abribonamiento en aquel demo de la Ática llamado Melito. O sea, robaba, sisaba, sustraía, afanaba, trincaba, incluso toros (cosa que demostró en España, Tartessos). En las Mil y una noches, la madre de Aladino, el de la lámpara, creía que su hijo era un bribón. Balzac también consideró bribón al señor Grandet: "¡El señor Grandet era un bribón!.. Y yo, probo, habré de quedar cubierto con un sudario de infamia. Arrebató a mi hijo su nombre honrado y la fortuna de su madre." Benavente, en Los Intereses Creados, ya sabía que tras todo aparente gran y pomposo hombre puede ocultarse un bribón. Lo decía su Colombina. En toda época, pues, hay bribones. Pero, hombre, no predican ni hablan de servir a los pobres. Eso sí, cuando se les acusa de bribones responden, como Baudelaire decía de un director de revista en sus Poemas en prosa, "'Este es el partido de los hombres honrados'; lo cual implica que los demás periódicos están redactados por bribones."

Aún más. El bribonazo admite una figura excelsa: el bribón ideológico y político. Trátase en este caso de quien dice actuar en nombre de los pobres perpetrando sus acciones a favor, no de los pobres, sino del supuesto partido de los pobres. Para que se entienda: uno asume un cargo público y ejecuta una política que tiene como fin aportar recursos al partido que lo nombró, que no a los pobres, por vías directas o indirectas. En el fondo, se trata de la perversión del dicho bandolero: "Diego Corrientes, el rey de la Andalucía, el que a los ricos robaba y a los pobres socorría". Basta sustituir a los pobres por el supuesto partido de los pobres y al supuesto partido de los pobres por la oligarquía dominante en un momento dado. Luego a la oligarquía por la mesa camilla de los que mandan de verdad y luego, a esta corta reunión por el one, porque, al final, siempre hay uno, él. O ella. ¿Y el Estado de Derecho? ¿Y la igualdad de oportunidades? ¿Y el séptimo mandamiento de la ley de Dios, que es ley civil y social? ¿Y el octavo, que manda no decir falso testimonio ni mentir? Bah, escrúpulos burgueses.

Quizá el caso más llamativo de este abribonamiento lo hemos conocido esta semana. No, no me refiero al caso Chaves, que lleva camino de dejar a la altura del betún al caso Guerra. Me refiero al discurso que sobre la vivienda ha hecho y hace la oligarquía socialista que gobierna el sur. Según el dogma, la derecha, la derechona, quiere viviendas libres para enriquecerse. Pero los socialistas quieren viviendas protegidas para la gente desfavorecida. Y el rollo siempre ha colado, y cuela, porque hay poca gente que lea cifras y estudios. En este caso, va la UGT, no la derechona, ni los fascistas hideputas, ni los resentidos, y analiza el mercado de la vivienda y aporta dos cuadros. Pueden verlos aquí. Y en esos dos cuadros, se ve con claridad cuál es proceso de abribonamiento de toda una casta, un abribonamiento descarado y soez.

Cuenta Larra en su Ideario Español que en "aquellos tiempos", los ministros colocaban a sus parientes y amigos con un empleo pero que "el honrado, el heroico pueblo iba a los toros a llamar bribón a boca llena a Pepe-Hillo y Pedro Romero cuando el toro no se quería dejar matar a la primera." Maniobras de distracción. Pues eso. En esta tierra de María Santísima, esta oligarquía abribonada puede hacer lo que le dé la gana porque tiene al pueblo entretenido en un ruedo en el que los tendidos abroncan al PP, haya toro o no haya. Si el abribonamiento es resultado de un proceso adquirente o si es algo consustancial a la bribia socialista, ya es mucha tela pa tan poca tijera.

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