Existe un notable empeño en la izquierda por justificar diversas medidas intervencionistas en el terreno de la cultura afirmando que "es más que un bien del mercado". Es una frase que suena bien, pues así, sin concretar, parece razonable y hasta evidente. El problema es cuando del éter se baja a los detalles, momento en el cual, inevitablemente, uno debe tentarse la cartera a ver si falta algo. Porque el argumento que viene a continuación es que, siendo más que algo que la gente demanda voluntariamente, que no otra cosa son los bienes en el mercado libre, hay razones para imponérselo por la fuerza.
Tristemente, hemos vuelto a escuchar este argumento de labios de la número 10 en las listas del PP por Madrid, que no es otra que Beatriz Rodríguez Salmones, la diputada más activa en la defensa de los intereses de la SGAE de todo el hemiciclo. La amiga de los titiriteros también ha asegurado que el PP no está en contra del canon, sólo "lo cuestiona". Sin embargo, no hay más que escuchar a Rajoy o acudir al sitio web de los populares para ver un mensaje claro y contundente: "no al canon digital", mensaje que la diputada debilita con sus palabras.
Los populares han adoptado la postura correcta, pero sólo después de mucho tiempo y demasiadas dudas, por lo que muchos votantes contemplan con desconfianza esta decisión y piensan que se ha tomado con motivos electoralistas, y que una vez en el poder darán marcha atrás. Es una duda, la verdad, francamente razonable. Sólo una posición muy decidida y sin titubeos, publicitada con entusiasmo, podría llevar a pensar a ese elector renuente que "si tanto bombo le dan, luego no podrán echarse atrás". Mensajes como los enviados por Rodríguez Salmones harán reafirmarse a los indecisos en sus dudas, restando votos al PP. Un nuevo y gran servicio suyo a la causa. A la de la SGAE, naturalmente.