En el debe de los ocho años de gobierno de Aznar hay que apuntar la política de medios de comunicación. El ejemplo más conocido es el de la sentencia del Tribunal Supremo de 9 de junio de 2000, la de Unión Radio, el antenicido. Pese a lo que ordenaba el Tribunal Supremo, el Ministerio de Hacienda se negó a cumplir la sentencia. La resolución obligaba a Prisa a desconcentrar los postes de la comprada, troceada, y chapada Antena 3 de Radio, que había adquirido vulnerando la ley. Después vino el golpecito de orgullo con lo del PFFR. Demasiado tarde, cuando Zapatero ya había tomado posesión del boletín oficial del Estado. El Gobierno y el traspaso de don Jesús han hecho que este asunto se olvide; así es la vida.
Menos conocido, pero casi peor, diría yo, es la situación de televisión española en Cataluña. El sábado pasado estaba viendo el informativo del mediodía –y ustedes dirán, con razón, que quién me manda– y ofrecieron un resumen de las reuniones de los partidos políticos para designar a sus cabezas de lista, de cara a las próximas elecciones. Tengo entendido que en las generales, el PP es la tercera fuerza política en Cataluña. Por supuesto, el informativo autonómico relegó al PP al último lugar; el quinto después de los ecosocialistas, que es como se conoce aquí a Iniciativa. Toda una lección de periodismo, de las que gustan al col·legi.
Cuando los informativos de televisión española en Cataluña dan información parlamentaria –perdón por la broma, pero es que lo llaman así–, Ciudadanos es un partido que no existe. Nunca; never, never, never. Ni una puñetera imagen de ninguno de los tres diputados en la sala de prensa. A los actos de Ciudadanos enviaban a un cámara de TVE en Cataluña, su redactora y toda la parafernalia, para, por supuesto, no dar ni una reseña de nada. Encima de manipular, derrochar; si no lo pensáis emitir, no enviéis al equipo, que seguro que cuesta una pasta.
En dos años, cualquier protesta vecinal, legítima y cargada de razón, ha tenido más salida que Ciudadanos en esta especie de TV3bis. Por no hablar de las fiestas populares, los accidentes de tráfico y los fenómenos meteorológicos. Lo mejor de los informativos de TVE en Cataluña es el fin de semana que hay motos, porque entonces no los emiten.
Y, como esto viene de lejos, la pregunta es ¿qué hizo el PP en ocho años? Nada, dejar engordar el asunto. Por si el empate técnico se deshace y gana Rajoy, sería bueno que nos dijera qué pretende hacer con esta parte de Televisión Española, que, de aquí a marzo, va a hacer campaña para que el PP no gane. Una idea que lanzo es construir un confortable hotel de cinco estrellas, como se ha hecho en los viejos estudios de Miramar. Otra es que Televisión Española en Cataluña no esté abiertamente en contra de dos de los partidos con representación parlamentaria. Con eso me conformo.