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EDITORIAL

Gallardón se delata

Que Gallardón estaba pensado más en la sucesión de Rajoy que en la victoria de este, lo ha confirmado el propio Gallardón en su forma de reaccionar al saber que no concurrirá como candidato a las Generales

“Sólo quiero ayudar a Rajoy para que sea presidente. Me extraña que esto le pueda extrañar a alguien. Siempre he hecho todo lo que el partido me ha pedido, siempre he dicho que sí y estaré a lo que diga Mariano Rajoy siempre”. Así se pronunciaba el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, el pasado 22 de agosto, tras volverse a postular para ir en la candidatura del PP por Madrid en las próximas elecciones generales. De hecho, han sido tantas las ocasiones en las que, en similares términos, Ruiz Gallardón ha justificado su oferta, supuestamente en favor del partido y de su líder, que nos dejaba por mezquinos y malpensados a quienes considerábamos que lo que el alcalde de Madrid perseguía con esta maniobra era, en realidad, capitalizar, desde una posición privilegiada como es el parlamento, el descontento del partido ante una hipotética derrota electoral.
 
Que Gallardón estaba pensado más en la sucesión de Rajoy que en la victoria de este, ya lo apuntaba la forma en la que el alcalde de Madrid ofreció su “ayuda” al partido: En lugar de ofrecerse privadamente a Rajoy para lo que dispusiese y en el momento que este considerara más oportuno, Gallardón quiso forzar y comprometer, públicamente y antes de plazo, al líder del PP.
 
Sin embargo, nada ni nadie ha delatado tanto la ambición personal de Gallardón que el propio Gallardón y sus declaraciones tras conocer finalmente que no concurrirá a las generales. Quien hace nada decía no pensar más que en la victoria de Rajoy y en ayudar al partido a ganar las elecciones, se siente, un mes antes de que se celebren, “derrotado” y “frustrado” hasta el punto de no asistir al acto de presentación de Manuel Pizarro como candidato y de insinuar, incluso, un posible abandono de la vida política.
 
Gallardón es muy libre de castigar ahora a Rajoy por su decisión y de echar toda la carnaza al PSOE y de explotar en contra del PP sus buenas relaciones con Prisa. De hecho, siempre ha jugado a esa oposición que todo gobierno desea tener. Pero al menos que no pretenda hacernos creer que su ambición y su frustración son una forma adecuada de ayudar a Rajoy a ganar las próximas elecciones.
Con todo, todo este asunto tiene menos repercusión electoral de la que pretenden Gallardón y especialmente los medios opuestos al PP, pues el electorado se da cuenta de la importancia de estas elecciones generales, que por desgracia va más mucho allá de una decisión sobre la dirección política del país y apunta al mantenimiento o no de los consensos más básicos. La gente lo sabe y conoce que el papel de Gallardón a favor o en contra de su partido no tiene la misma relevancia.

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