Iñaki Gabilondo ha descubierto ahora que es mucho más difícil ser español que inglés. Bienvenido al club. De hecho, ser español es una cosa dificilísima y más difícil aún que se nos está poniendo, y si no fuera porque España es el peor país del mundo para vivir con la posible excepción de todos los demás, habría que exiliarse inmediatamente. Sí, ser español es mucho más difícil que ser inglés, pero tal vez la culpa no sea del todo de la Conferencia Episcopal, como cree Gabilondo. Veamos.
Un inglés se levanta por la mañana y ya de momento tiene el despertar más fácil que un español, porque allí a las seis de la madrugada ya es completamente de día y encima no hay cortinas. Una hora antes, a las cinco, el lechero de sir Winston Churchill le ha traído la leche fresca a su puerta en botellas retornables y también tiene allí enrollado un periódico que nadie roba. El inglés toma su leche mientras lee su periódico y en el periódico no vienen nunca noticias de que el primer ministro no sabe lo que es su nación ni que es algo discutido ni discutible. Tampoco vienen noticias de que el representante de los secesionistas escoceses del clan del "kilt" a cuadros malvas y corinto, un señor muy cursi con bigote de nutria, amenace con paralizar la gobernabilidad de las islas si no se hace inmersión obligatoria en el idioma de las inscripciones rúnicas de los antiguos habitantes de las islas Shetland. Ni de que el trapo de la "Union Jack" se esconda en todos los edificios oficiales o que a la bancada de los "lores" conservadores se la tilde todos los días de heredera de los aliados ingleses de Hitler. Los periódicos dicen las cosas normales que tiene un país normal.
En efecto, el inglés, a partir de que lee la prensa matutina, tiene un día mucho más descansado que el español por sistema. Y todos hemos sentido alguna vez (muchas veces durante los últimos cuatro años) la misma melancolía que ahora Gabilondo por no haber nacido en Kensington Gardens, pero, salvo que Gabilondo ordene otra cosa, los obispos españoles dicen exactamente lo mismo que los ingleses, y aproximadamente lo mismo que los prelados anglicanos. Así que no parece que los que hagan tan incómodo ser español sean ellos.
¿No será que en España los que Gobiernan, los que mandan, los que están llevando a cabo el despojo, y no la Iglesia, son los que hacen y amenazan con cosas que serían inauditas en Inglaterra? Investigue, señor Iñaki, que irá bien por ahí. Porque, y en eso le damos la razón, lo de ser español nos lo están poniendo imposible, mayormente sus amiguetes, los de Gabilondo, y en cambio ser tan inglés como el recién convertido a la fe católica Tony Blair sigue resultando admirable.
Para que nos entendamos, lo de saberse en posesión de aquella nacionalidad me recuerda a una frase de una película española en la que intervenían los grandísimos actores ingleses Peter Cushing y Cristopher Lee, de los que se sospecha en un crimen. "¿nosotros sospechosos? ¡Imposible, señor, nosotros somos británicos!" Y nosotros, tan solo españoles, que si no fuera por los colegas de Gabilondo no sería tan incómodo...