Zapatero ya no engaña a nadie. Y no sólo por las desacreditadas encuestas del CIS que revelan la espectacular caída libre de su imagen y la de todo su Gabinete, sino por el reguero de destrozos y averías que hacen tambalear su gestión y su credibilidad, minada por las sucesivas traiciones, incluso a sus propios socios. Zapatero sabe que las elecciones se juegan en la movilización de los votantes suyos que, aunque decepcionados, desmotivados, hastiados o asqueados, nunca votarían al PP y prefieren quedarse en casa. Y lo último que desea es que el terrorismo que le aupó al poder irrumpa en el debate electoral.
De nuevo, el presidente del Gobierno ha anunciado su compromiso para no incluir el terrorismo en la campaña electoral y repite cual disco rayado la petición de "pasar página" del 11-M. Zapatero no quiere que nadie recuerde a De Juana entrando victorioso en el hospital donde murió asesinado Miguel Angel Blanco. Afortunadamente este fin de semana una nueva macromanifestación de víctimas del terrorismo ha dado un nuevo ejemplo de civismo y democracia que deja en evidencia al Gobierno del juego sucio, la traición y la ruptura de las reglas de juego.
ZP necesita golpes de efecto, pero va de mal en peor. Debería ilegalizar ANV, el PCTV o cualquiera de las marcas que la propia ETA diseña –en connivencia incluso con los socialistas– para colar en las instituciones. Debería hacerlo, pero no puede. En lugar de ilegalizar ANV, el Ejecutivo se regodea con la posibilidad de sentar en el banquillo al presidente de la AVT al tiempo que estrangula su financiación reduciéndola a la misma cantidad que la minoritaria de Pilar Manjón mientras que gracias a él, el Ayuntamiento de Elorrio, gobernado por los proetarras, dedica 400.000 euros para a subvencionar las visitas, gastos de teléfono y las compras de zapatos o revistas de ocho terroristas.
En el País Vasco y en Navarra no sólo no hay libertad sino que ser terrorista, gracias a Zapatero, confiere un plus de legitimidad. Todos saben ya que, a partir de ahora, lo que queda por venir son más escaños para la ETA con el silencio de Z.