El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha comparecido ante la prensa para dar cuenta de los "malos datos" que arroja la carretera este mes de agosto, en el que ya han muerto 24 personas más que el mismo mes del año pasado. Aunque el ministro no ha facilitado el número exacto de muertos que ha habido desde el 1 de agosto, la suma de fallecidos, día a día, ha alcanzado la cifra de 190.
Rubalcaba, sin embargo, ha asegurado que, tras un año en vigor, el carné por puntos "no ha perdido efectividad" alegando que se trata del "segundo mejor mes de agosto de la historia del automovilismo español". La afirmación, además de falsa, es absurda porque no compara los datos del mes de agosto de este año con los de 2006, que es cuando entró en vigor el carné por puntos. Además, aunque fuese cierto que en todos los accidentes mortales de tráfico estaba presente el exceso de velocidad, tal y como ha apuntado Rubalcaba, no estaría de más que el ministro también informara del estado y del tipo de carreteras en las que esos accidentes mortales se han producido.
La pérdida de efectividad del carné por puntos no es algo que arrojen sólo los datos estadísticos, sino una tendencia que ya expertos y asociaciones partidarias de su introducción pronosticaron que se iba a producir si no se complementaba con otras medidas. Así ha ocurrido, por lo demás, en otros países, en los que tras el primer año también se ha constatado una disminución de ese "miedo" inicial a la pérdida de puntos. Más aún en nuestro país, donde, más de un año después de su implantación, de los 1.655 conductores que se han quedado sin saldo, 1.104 de ellos siguen circulando libremente por las carreteras ya que su sanción administrativa aún no es firme y, con la ley en la mano, nadie les puede impedir que cojan el coche.
Lo que hay que tener en cuenta, en cualquier caso, es que el carné por puntos no es la panacea, ni los conductores los únicos culpables. Todos los años mueren en las carreteras miles de personas que no estaban bajo la influencia del alcohol, que llevaban puesto el cinturón de seguridad y que respetaban las normas. Por otra parte, Tráfico coloca muchos puestos y sistemas de control en carreteras y tramos nada problemáticos que revelan más un afán recaudatorio que preventivo. En España abundan todavía los llamados puntos negros, existen muchos pasos a nivel y muchas carreteras con mala señalización, escasamente iluminadas o con firme defectuoso. Pero de eso no ha querido hablar Rubalcaba, no sea que los ciudadanos dejen de ser los únicos que puedan perder puntos.