La reunión entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy no pasará a la Historia de España, de eso podemos estar seguros. El propio Zapatero ha adelantado que no valdrá para nada, y su planteamiento de la misma tampoco da más opciones: él no se ha equivocado en lo más mínimo, y si no lo reconoce el PP es que prefiere seguir en el extrarradio de lo que los medios oficiales llaman "el consenso". De hecho ese es el objetivo de la reunión, volcar la atención sobre Rajoy mientras se le acusa de deslealtad y revestir al inquilino de la Moncloa de cierto carácter institucional.
Rajoy, por su parte, prefiere hacer el paripé a dejar una fácil excusa para que le acusen de no buscar el acuerdo con Zapatero, pero además acude con una exigencia sencilla para el jefe de la banda que nos gobierna: ilegalice usted ANV ahora que aún le queda tiempo. ANV es la piedra de toque de la teatral actitud de dureza recobrada del Gobierno frente a ETA. ETA-Batasuna lanzaba este domingo un claro mensaje: "la oportunidad del proceso sigue existiendo" siempre, claro, que en el caso de la última marca electoral de la banda asesina se haga una excepción a la Ley de Partidos. Que es labor del Gobierno expulsar tanto a ANV como al PCTV de la legalidad es sabido, como lo es que el Gobierno optará una vez más por no cumplir con su deber. No quiere dar un paso que significaría la ruptura definitiva con el mundo de ETA.
Es más, no hay más que seguir con atención las fechas de las reuniones de los socialistas y los terroristas. Tal como había desvelado Gara y ha confirmado este domingo el diario El País, el PSOE se lleva entendiendo con los terroristas (mientras hipócritamente proponía al PP el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo) desde 2002, así como inmediatamente antes de las elecciones de 2004 y después de que ETA hiciera volar la T-4 de Barajas. Es decir, que ETA es el verdadero horizonte estratégico de los socialistas. La necesitan para poder justificar el cambio de régimen que vienen perfilando en los más de tres años que llevan en el poder. No van a romper del todo esa relación.
Otra cuestión es la de por qué saca ahora El País lo que, por otro lado, el resto de medios ya sabía. Ese diario muestra con la prolija información de este domingo hasta dónde llega la mentira de Rodríguez Zapatero que ellos mismos han ayudado a propagar este tiempo. ¿Por qué lo hacen? Zapatero ha ido avanzando con alianzas a corto plazo tanto con sus socios simplemente nacionalistas como con los que recurren al terrorismo para imponer sus tesis. Muchos se preguntaban si tenía un plan oculto, un as en la manga que finalmente le llevara a algún lado, pero finalmente ha llevado al Gobierno y a su partido en lo que de hecho parecía más evidente: un callejón sin salida. Puede que este líder ya no le valga al régimen prisaico.