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Víctor Llano

Castro amenaza al PSOE con revelar datos que guarda en su “mochila”

Y es que para desgracia de todos, y a pesar del Parkinson que sufre, el más miserable de los chantajistas vivos disfruta de algunos momentos de lucidez y no parece dispuesto a tolerar en silencio que le regañen desde Madrid

De poco le ha servido a Trinidad Jiménez la pasión que siente por los cubanos. Fidel Castro no le perdonó que le pidiera que ponga fin a los actos de repudio que sufre un disidente cercano a su ideología. La respuesta del Monstruo de Birán fue tan rápida como contundente. Se refirió a la secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE como “una que se autotitula funcionaria de un partido que dice que es socialista o socialdemócrata. No quiero mencionar nombres de partido -añadió el coma-andante- pero que sepan muy bien que estamos con ojo avizor y con una buena colección de datos en la mochila".

Será casualidad, pero sentí un escalofrío cuando leí que Castro había hablado de mochilas. Desde hace un año y nueve meses oigo hablar mucho de morrales, especialmente de los que sirvieron como añagazas para que cientos de miles de españoles cambiaran su voto en las últimas elecciones generales. Por tanto, cuando supe de las amenazas del Tiranosaurio a La Trini, esperé con ansiedad la respuesta de la que según Esteban Didose autotitula funcionaria de un partido que es socialista o socialdemócrata”.

Estaba convencido de que Jiménez no se sometería al chantaje y le exigiría a Castro que compartiera con todos “la buena colección de datos” que contiene su mochila. Sin embargo -lejos de responder como merece semejante amenaza y preguntarle por la mochila y por los datos- la respuesta de Trini no pudo ser más decepcionante: “la defensa y los derechos fundamentales de las personas en cualquier parte del mundo no tienen ningún tipo de incompatibilidad con el mantenimiento de unas buenas relaciones y un diálogo crítico con el país que no respete dichos postulados”. Ya lo sentimos. Nuestro gozo en un pozo. De momento -y sólo de momento- nos quedamos sin saber qué guarda Castro en su mochila.

Y es que a pesar de sus amenazas, los socialistas españoles no pueden enemistarse con el Máximo Líder. Sólo así se entiende que para Rafael Estrella -portavoz del PSOE en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados- el régimen de Fidel Castro haya alcanzado “cierta legitimidad”. Sin duda se refiere a la legitimidad que le otorgan los cien mil presos que se mueren en sus más de doscientas cárceles. Como ya reseñamos en su momento, Rafael Estrella es un hombre bien informado. En octubre de 2001 y en la Revista Tiempo, Julia Navarro le preguntó al entonces Presidente de la Asamblea de Parlamentarios de la OTAN si por lo que él podía conocer ETA estaba conectada al terrorismo islámico. La respuesta de Estrella fue tan contundente como la del coma-andante: “Parece evidente que sí y que los servicios de información tienen noticia de ello”.

Ya les vale a los que renunciaron -sólo ellos saben por qué- a preguntar por el más salvaje atentado que hemos sufrido en España. Según los socialistas, lo que les parecía evidente en octubre de 2001, hoy ya no lo es y responde sólo a una patraña de la oposición para insistir en la participación de ETA en los crímenes de marzo. Por eso –y aunque pueda tratarse de una “casualidad” más de las muchas con las que tratan de explicarnos el 11-M– no pude evitar el estremecimiento cuando leí que el protector de un buen número de etarras había amenazado con revelar lo que tiene en la “mochila” con intención de silenciar los escasísimos y tímidos reproches que le hacen de año en año los que él califica como “funcionarios” del partido de Zapatero.

Y es que para desgracia de todos, y a pesar del Parkinson que sufre, el más miserable de los chantajistas vivos disfruta de algunos momentos de lucidez y no parece dispuesto a tolerar en silencio que le regañen desde Madrid. Este viernes ha expulsado de su finca a dos españoles miembros de las Asociación Española Cuba en Transición que osaron reunirse con algunos disidentes. La embajada de España en La Habana ya ha expresado su malestar. Pero no llegará la sangre al río. Ni Trini ni Carlos Alonso Zaldívar ni Estrella le exigirán a Castro que haga públicos los datos que guarda en su mochila. Mejor no llamar a las puertas del infierno.

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