[Carmen Calvo, ministra de Cultura: “Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie”]
Carmen Calvo, Carmen Diva,
Carmen Retroprogresiva,
que es, como Solís, de Cabra,
tras el dislate del IVA,
metió otra vez la... palabra.
No hay Carmen menos tacaña
y que más largueza irradie:
su tesis –¡toma castaña!–
es que el dinero en España,
si es público, no es de nadie.
No se acopia con gabelas,
con impuestos o tributos;
para la Calvo, las pelas
crecen como las ciruelas,
o cualesquiera otros frutos...
Con el talante reciente,
ya no es el contribuyente
el que los dineros da:
llueven generosamente
los euros como el maná.
En abundancia caudal,
fluye el dinero profuso;
hasta que un intelectual
lo agarra, como es normal:
¡porque él sí le da buen uso!
“De izquierdas” e “intelectuales”,
voces que juntas se afincan
por sus sentidos iguales:
‘sujetos que siempre trincan
subvenciones oficiales’.
Y son cuantías de pasta
en absoluto ridículas...
¡No saben cuánto se gasta
en que cada cineasta
ruede sus propias películas!
Cine muy poco sutil
sobre la Guerra Civil
o cine que –acá inter nos–
ni cuando es un vodevil
lo suele ir a ver ni dios.
Por eso hay que dar el pago,
con buen estilo, de PRISA:
a cada amigo, su halago,
su arrumaco y su sonrisa...
Y a los hostiles, ¡zurriago!
Se premiarán los servicios
a los artistas propicios
con sinecuras, ofrendas,
gangas, momios, beneficios,
canonjías y prebendas.
Trincaban con el pepé
–pues la Derecha es idiota–,
pero ahora tienen fe
de trincar aun más parné
con la ministra de cuota.
Y aunque aquí se despotrique
y aunque en la COPE se radie,
habrá quien lo justifique
y en El País nos explique
que el dinero... ¡no es de nadie!