Aún hoy, ETA y Zapatero negocian de espaldas a los navarros el futuro de Navarra. El PSOE va a pactar y gobernar esta comunidad con aquellos que tienen como prioridad política la anexión de Navarra al País Vasco. Socialistas y nacionalistas están dispuestos incluso a sumar a quienes representan políticamente a los terroristas para usar el Ayuntamiento de Pamplona como moneda de cambio en esta negociación. En estas excepcionales circunstancias la victoria de UPN parece claramente insuficiente para poder frenar el proceso de claudicación de ZP ante ETA.
¿Nos han fallado los navarros al conjunto de los españoles? Más bien parece que quien ha fallado ha sido la clase dirigente navarra a los propios navarros. Especialmente han fallado parte de los dirigentes del Gobierno navarro y la administración, más preocupados por conservar sus despachos que por salvar a Navarra de la negociación con los terroristas. Durante varias legislaturas, obviaron el expansionismo cultural vasco; y desde que se conoció la negociación de ZP con ETA, la reacción de UPN, socio en Navarra del PP, ha sido lenta y de escaso recorrido, con la excepción relativa de Sanz y Barcina.
UPN tardó demasiado tiempo en explicar a los navarros que era lo que estaba en juego en estas elecciones, que no era otra cosa que la propia existencia de Navarra como Comunidad Autónoma. Sanz y Barcina pensaron que la excelencia de su gestión era más que suficiente para ganar las elecciones sin necesidad de recurrir a la cuestión de fondo. No se quería además crispar a la sociedad navarra con debates existenciales, aunque fueran reales y necesarios y los nacionalistas y socialistas lo estuvieran haciendo. Se quiso demostrar además capacidad de autonomía frente al discurso de firmeza del PP, bajando aún más el listón político.
Aún hoy hay quien entre los foralistas sigue confiando en la posibilidad de un pacto con los socialistas, aunque haya que pedirles excusas por decir la verdad. Son los mismos que han mirado hacia otro lado mientras el anexionismo crecía en la Comunidad Foral, a veces subvencionado por ellos mismos. Son los mismos que se han escondido en los últimos tiempos. La cuestión aún hoy es mantener el poder aunque sea renunciando a algunos principios. UPN ha perdido el poder. Pero si persiste en esa vía, puede perder además la honra.
Con sus errores, UPN no sólo ha colocado a Navarra en grave riesgo, sino que ha desaprovechado una oportunidad histórica para haber frenado en seco todo el proceso de negociación de Zapatero con ETA. Hoy éste sigue hablando con los terroristas, y ahora tiene una Navarra que entregar porque UPN no la ha sabido defender. Una verdadera lástima.