Julio Puente López me pregunta si la expresión "sacar la lengua a pasear" se conoce en toda España. No es muy frecuente, pero se entiende en el lenguaje coloquial. Significa "hablar de forma desmedida". Una expresión parecida es "darle a la sinhueso". El "deslenguado" es el que habla mucho y mal; también el que "ha comido lengua". Es riquísima la fraseología en torno a la lengua, una voz que tantas metonimias facilita. Para empezar, la "lengua" es el idioma.
Sobre la estupenda frase "estás más perdío que’l barco l’arró" me han llegado docenas de ismaeles contándome la bonita historia de la que procede. Anoto algunas pequeñas variaciones. Ya se sabe, las etimologías admiten fantasías.
Antonio Grande sitúa la historia en la época del racionamiento (años 40 del pasado siglo). Era un barco que traía el arroz para el racionamiento, pero se hundió y nunca más se supo de su cargamento. Al parecer, no hubo barco sustituto. Era una época de censura en los medios, así que cundió el rumor de que no hubo tal barco y tal arroz.
Luis Palomino precisa que el barco se llamaba Alcatraz, chocó al entrar en la bahía de Cádiz y se hundió. No se pudo recuperar la carga, pues el arroz se hincha con el agua. Está claro que lo que realmente se perdió fue el arroz, no tanto el barco. "Perdido" es aquí "irrecuperable", también en sentido moral. Sería interesante que alguien rescatara el pecio del Alcatraz.
José Benavente retiene una versión ligeramente distinta. El barco del arroz era de vela y zarpó de Sevilla para llegar a Cádiz. Como el tiempo era bueno, dejaron abiertas las escotillas de la bodega. De golpe, el viento roló en contra, cayó una tormenta de verano (de esas de "no llovía, aquello era mala leche") y la bodega recibió una gran cantidad de agua. El arroz comenzó a hincharse, lo que hizo que el barco terminara por hundirse.
Ignacio Frías da otros datos. El famoso barco del arroz era uno de esos que venían de la Argentina de Perón, cargado con carne y arroz. (Se consideraba un regalo de Evita de Perón, aunque los envíos de alimentos argentinos se pagaron a tocateja, bien que en especie). Estando ya cerca de la costa del Puerto de Santa María, el barco se hundió. El suceso pasó a las chirigotas de los Carnavales gaditanos de aquel año. Todavía relata don Ignacio otra versión. Se trata de un barco chino cargado con arroz que hundió en la barra del río Guadalquivir, al chocar con el bajo del Picacho, frente a Sanlúcar.
No acaban aquí las versiones, lo que hace aún más mítico el barco del arroz. Ana R.F. (Huelva) sostiene que el barco lo enviaron los Estados Unidos cuando la guerra civil española. El caso es que el barco no llegó, porque no salió o porque se perdió por el camino.
Pedro M. Araúz (Manzanares de la Mancha) aduce que el misterioso barco fue un junco chino al que se le abrió una vía de agua y el arroz empapó hasta ocasionar el hundimiento del junco. Dice don Pedro que la frase se emplea también fuera de Andalucía. Don Pedro, que es una persona muy viajada, recoge la expresión canaria "ir proa al marisco" para indicar que un barco se hunde.
Juan de Dios Luque (Granada) certifica la versión del "Alcatraz" que se hundió en Cádiz con un cargamento de arroz a comienzos de los años cincuenta del pasado siglo. Lo que me interesa es que el suceso se haya convertido en un mito y haya dado lugar a una "comparancia" feliz.