El curso baloncestístico está a punto de culminar. A comienzos de temporada todos nos las prometíamos muy felices y es que, recién conquistado el Campeonato del Mundo, las expectativas de una nueva edad de oro para el baloncesto español estaban plenamente justificadas. Por delante quedaban una NBA con cuatro españoles, una liga de ACB más igualada que nunca, el maremágnum de las competiciones europeas y, como guinda, el Campeonato de Europa de selecciones nacionales.
En la NBA hemos visto la penitencia de Gasol en Memphis, la grave lesión de Garbajosa y a Calderón y Sergio Rodríguez siendo ninguneados por sus entrenadores. De momento, no hay rumores que indiquen que ninguno de los cuatro pueda cambiar de equipo este verano. Lo que sí se dice es que se les puede unir algún jugador español más. Hasta media docena están siendo objeto de los comentarios de los mentideros de la canasta. El último en unirse al carro ha sido el base de Estudiantes Sergio Sánchez. El sentimiento del aficionado español ante la "huida" de las estrellas locales es ambivalente: por un lado está el orgullo de ver en la mejor liga del Mundo al jugador de casa, pero la otra cara de la moneda es que el interés por la competición se resiente.
En la ACB, una de cal y otra de arena. Los interrogantes de año eran dos. El primero era ver si el ser campeones del Mundo se traduciría en un aumento del seguimiento de la liga profesional; efectivamente, se ha constatado un aumento significativo (más del 8%) de la afluencia de espectadores a las canchas, así como del número de abonos vendidos por los clubes. En el mantenimiento de este éxito de asistencia contribuirá decisivamente el que la selección nacional consiga imponer su condición de local en el campeonato de Europa. La segunda de las cuestiones se centraba en conocer si la tendencia de las audiencias televisivas sería al alza. Los datos de la segunda cadena de TVE no han sido nada buenos, en contraposición a las estadísticas de las televisiones autonómicas. Un posible cambio de tendencia en el apartado televisivo solamente vendrá de una apuesta decidida por el ente público ante la patata caliente del baloncesto; en la temporada que viene tocará poner a la venta los derechos televisivos. Cuanto mejores sean los datos, más dinero pueden pedir los clubes y más dinero le tocará pagar... ¿a la Sexta?