Algunos políticos españoles siguen la estela de sus pares de otros países y se han lanzado a la arena virtual en busca de votos. Por el momento, el único líder de ámbito nacional que cuenta con personaje propio en Second Life es Gaspar Llamazares, que además ya ha ofrecido su primer mitin en dicho espacio. Todo un dirigente comunista en la patria del capitalismo.com. Efectivamente, este juego es lo más similar a un sistema total de libre mercado que podemos encontrar en la actualidad, en el que el volumen de los negocios que se realizan en él equivale al cambio a cerca de millón y medio de dólares. Pero no sólo eso, nada hay más parecido a un ideal de sociedad liberal.
En este mundo virtual los gobiernos no tienen capacidad, al menos por el momento, de intervenir. Las pocas "leyes" existentes no son imposiciones de los Estados a los ciudadanos, sino que se trata de normas libremente aceptadas por cada uno de los participantes para facilitar la convivencia. Todo lo contrario de la realidad en la que nos movemos a diario y radicalmente opuesto a los sueños estatistas que Llamazares y cualquier otro comunista pueden albergar. Claro que eso es así sólo por el momento. Algunos estados ya amenazan con meter mano.
Por una parte, la fiscalía alemana ha decidido actuar contra la pedofilia virtual. Lo peculiar del caso es que los "menores" de los que se abusa son seres de ficción jugados por adultos. Aún así, los fiscales han decidido que eso no se puede permitir. Si quieren ser coherentes y perseguir toda fantasía relacionada con sexo por menores, que presenten cargos contra toda aquella editorial que se atreva a publicar Lolita, la más famosa novela de Nabokov. Pero no son los únicos. Algunos legisladores estadounidenses pretenden imponer impuestos a los millonarios de Second Life. El afán recaudatorio de muchos políticos sobrepasa la realidad para adentrarse en los bits. Por cierto, que las tasas virtuales de la empresa responsable fueron abolidas tras una protesta de un grupo de usuarios.
Pero los estados no han podido todavía con ese mundo virtual caracterizado por la libertad y la independencia personal. Por el momento, sigue rigiendo un sistema en el que cada uno se desarrolla sin mayores cortapisas que sus propias capacidades y ganas de salir adelante y en el que la economía no está distorsionada por la acción gubernamental. Justo lo contrario de lo que ocurre en la muy amada por Llamazares Cuba castrista y de lo que sucedía en los "paraísos" comunistas de Europa del Este.