La noticia de que hasta diecinueve folios del informe original de la Guardia Civil sobre ANV "no llegaron" al juez Garzón, según publicaba ayer El Mundo, nos hace todavía más comprensible la indignación y el estupor que, en estos últimos días, fuentes policiales han venido expresando a diversos medios de comunicación al "no reconocerse" en el "desconcertante" informe entregado por el Ministerio del Interior.
Si dichos expertos de la lucha antiterrorista aseguraban hace unos días a ABC que la información trasladada "hacia arriba" sobre la relación ANV-Batasuna era de "mayor volumen y calidad" que los escuetos nueve folios entregados a Garzón, El Mundo asegura ahora que en los diecinueve folios no entregados al juez estaban precisamente los apartados en los que los expertos aportaban documentos en los que afirman que ETA está en el origen de la llamada "izquierda abertzale oficial", a la que afirman que pertenece ANV.
Al margen del rácano e incompleto informe enviado a Garzón, algunos de los datos ya expuestos en ese mini-informe eran, en nuestra opinión, más que suficientes, para demostrar la relación de ANV con Batasuna y ETA, como parte del mismo "complejo", según sentencia firme del Tribunal Supremo. Prueba de ello es el documento interno incautado por la Policía a Batasuna y relatado someramente en el informe, según el cual esta formación ilegal consideró a ANV su "plan C" para ir a las elecciones, después del partido-señuelo ASB y de las agrupaciones municipales gemelas AS. O que Batasuna hubiera diseñado las listas de ANV (un partido de treinta militantes), en paralelo a las de las agrupaciones AS, como queda acreditado por la Guardia Civil en este caso. Si a ello se añade que un etarra detenido el viernes por orden de Garzón (tenía información de objetivos "militares") era el responsable de hacer las listas de ANV en comarcas del norte de Navarra, las pruebas son inequívocas y la contradicción del juez, igualmente, evidente.
No queremos, por tanto, excusar a Garzón, quien, por contentar a un Gobierno que quiere alargar su sucia paz con ETA ya ha dado tantas muestras de estar dispuesto, como el propio Conde-Pumpido, a "ensuciar su toga por con el polvo del camino". Se trata de denunciar lo que bien podría ser un nuevo caso de manipulación de un informe policial que se enmarca en la bochornosa decisión del Gobierno y de la Fiscalía de no ilegalizar ni impugnar la totalidad de las listas de ANV.
Que el número de listas de ANV que va a impugnar Conde-Pumpido sea menor que las que realmente están contaminadas por ETA sólo hace más impresentable esa mentira del Gobierno que le ha servido de justificación, como esa de que ANV rechaza la violencia en sus estatutos. ¿A qué "estatutos" y a qué "violencia" se refiere el Fiscal General del Estado con esa manida manipulación gubernamental? ¿A los estatutos anteriores a la integración de ANV en Herri Batasuna? ¿A la "violencia" que ejercen los Estados que oprimen la libertad de los pueblos? Lo cierto es que los dirigentes de ANV no sólo no han condenado nunca la violencia de ETA sino que han participado en actos de apoyo y de apología a los terroristas, a los que han exaltado como "gudaris".
Lo cierto es que el Gobierno y su fiscal general han accedido al chantaje de ETA, de la misma disimulada, sinuosa e hipócrita forma con la que han procedido en el caso De Juana o en el caso Otegi. No contentarán a la banda, pero ellos lo que pretenden comprar es tiempo. Y si para ello hay que poner una vela a Dios y otra al diablo, pues se hace. ¿No era el propio Garzón el que "había que hablar hasta con el diablo"?
Claro que lo que exige ETA para que siga habiendo "diálogo" no son velas, sino financiación y representación institucional.