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Agapito Maestre

A Zapatero le sobra España

Así las cosas, no creo que sea aventurado preguntarse: ¿no será este reconocimiento a Marruecos una primer paso para ceder más tarde los derechos de soberanía sobre Ceuta y Melilla y, quizá, sobre Canarias?

¿Por qué Zapatero reconoce que Marruecos tiene derechos de soberanía sobre las aguas marítimas del Sáhara? Por el mismo motivo que reconoce que el Sáhara es un territorio de Marruecos, la Provincia Sur, como es llamada por Marruecos. ¿Por qué tanta entrega a Marruecos? Porque es una manera de trocear España. En verdad, Zapatero cede y cede todos los derechos que le asisten a España en esa zona, porque Zapatero no quiere otra cosa que una España débil para llevar a cabo su principal proyecto político: una confederación de naciones ibéricas. Por eso ha entrado a saco en este asunto. Si antes dijo que Marruecos tenía la soberanía del Sáhara Occidental, no veo razón alguna para que ahora no reconozca que las aguas del Sáhara también son marroquíes.

El Derecho Marítimo Internacional dista mucho de ser una doctrina clara y distinta. Más bien, como demuestra la historia reciente, es un terreno propicio para que los políticos obscuros y ambiguos respecto a los objetivos "democráticos" cometan sus mayores tropelías. Los "gobernantes" marroquíes han hecho de él un campo particular para chantajear a la UE y, por supuesto, a EEUU a la hora de conceder licencias de prospección a empresas petroleras norteamericanas. Las declaraciones de Zapatero en Canarias atribuyéndole a Marruecos la soberanía de lo que son aguas marítimas del Sáhara Occidental se inscriben en este contexto de manipulación de un ámbito sensible del Derecho Internacional.

Porque Zapatero sabe perfectamente que el nomos del mar, por decirlo en términos schmittianos, está aún muy alejado de ser comparable en términos de racionalidad al nomos de la tierra, trata de utilizarlo pro domo sua, sí, más a favor de sus intereses particulares y privados que los de su nación. Imita Zapatero con tanto descaro la conducta autoritaria de Mohamed VI respecto a sus súbditos que, en opinión de muchos observadores imparciales, cuesta no preguntarse por los intereses particulares del presidente del Gobierno en esta opción a favor del monarca de Marruecos.

No obstante, sospecho que mientras la utilización torticera de los derechos de los saharauis por parte del régimen de Marruecos podría tener repercusiones "beneficiosas" para el pueblo de Marruecos, en el caso español podrían verse profundamente dañados los derechos de los ciudadanos españoles. Cuando Zapatero define las aguas del Sáhara Occidental como "caladeros marroquíes", no sólo está traicionando los derechos saharauis sino los españoles. Es cierto que las críticas a esas palabras no se han hecho esperar en el ámbito de los analistas de política internacional, entre otras razones históricas, porque Zapatero abandona, o mejor, no respeta el compromiso histórico de mediación que España había adquirido en este conflicto.

Así las cosas, no creo que sea aventurado preguntarse: ¿no será este reconocimiento a Marruecos una primer paso para ceder más tarde los derechos de soberanía sobre Ceuta y Melilla y, quizá, sobre Canarias? ¿Exagerado? No, sencillamente, realista en el plano de las ideas. ¿O acaso ese tipo de cesiones no favorece el único objetivo político de Zapatero que es la desaparición de España, sí, de la nación española como una nación libre y democrática en el seno de las naciones europeas y mundiales?

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