Como cada año los catalanistas radicales han celebrado su 14 de Abril. Una efeméride que para ellos nada tiene que ver con el recuerdo de la II República – algo castizamente español al cabo–, sino con la proclamación el mismo día de un tan efímero como fantasmal Estado catalán a cargo del coronel Francesc Macià. Así, el Excelentísimo Ayuntamiento de Santa Coloma de Cervelló (Barcelona) aprovechó la jornada para honrar con una placa y la dedicatoria del nombre de una calle a Jaume Martínez Vendrell. El consistorio quiso rendir de ese modo un sentido homenaje institucional al organizador de los asesinatos de Josep Maria Bultó y Joaquim Viola, crímenes ambos para los que Martínez Vendrell ideara la muy ingeniosa técnica de las bombas adosadas al pecho con esparadrapo.
Por su parte, la televisión pública de Cataluña prefirió festejar la jornada con un extenso reportaje hagiográfico a mayor gloria de Terra Lliure. Una ONG que, según las cámaras de Montilla, jamás practicó nada lejanamente parecido al terrorismo. Pues, a decir de TV3 y Euskal Telebista – coproductora del evento–, sus comandos estaban integrados por unos probos "activistas" que apenas se vieron envueltos en "doscientas acciones armadas". Gentes, por lo demás, cargadas de razón y buenos sentimientos. Como el "activista" Josep Serra, que, ante la mirada complaciente del director del programa, realizó el siguiente esfuerzo pedagógico con tal de explicar a los espectadores la "acción" sobre Federico Jiménez Losantos: "En un determinado momento las cosas se tienen que parar y, por tanto, hacía falta un cierto nivel de violencia respecto a esa gente, entre otras cosas porque nada más entienden ese lenguaje". Repare el lector en la cuidada elección de los tiempos verbales a cargo del "activista" Serra. Esa predilección por el uso del presente: "las cosas se tienen que parar", "sólo entienden ese lenguaje".
Por lo demás, la tesis de Serra avala en lo fundamental la de otro "activista" de Terra Lliure y de ERC, Jaume Fernández Calvet. Y es que sostiene Fernández, a su vez marido de Teresa Aragonés, también vieja "activista" y actual secretaria general de la Función Pública de Cataluña, que la "acción" sobre Losantos se redujo a una "detención" seguida del "posterior escarmiento". Según cuenta en su libro el patriota Fernández, aquella orden de detención vino de arriba. O sea, de la dirección de Terra Lliure, donde por entonces se entretenía diseñando escarmientos Jaume Oliveras, el ex presidiario y mano derecha de Puigcercós que acaba de ser nombrado número dos de la Consejería de Gobernación. Si bien ese Oliveras sólo ejerce como alter ego del jefe en la Administración. Porque el hombre de confianza de Puigcercós en el partido sigue siendo Xavier Vendrell, el célebre gárrulo alopécico que fuera antaño jefe de los aparatos militar y de explosivos de aquella entidad benéfica.
En fin, enternecedora a la postre la firme condena de Jordi Pujol a la "lucha armada" durante el homenaje. Especialmente, cuando las cámaras ofrecieron la imagen fugaz de Jordi Vera, otro "activista" de la dirección de Terra Lliure que él mismo fichó para que le organizase la sección de Convergencia Democrática de Cataluña en el sur de Francia. Lo dicho, todo muy enternecedor.