Mi esposa, cuando era todavía más joven, también era, naturalmente, muy antifranquista. Su madre, mujer de campo, se escandalizaba: "¡Pero qué le habrá hecho Franco a esta chica!"
Lo mismo habría que preguntar a Polanco, Cebrián y tantos otros antifranquistas furiosos... de después del franquismo. ¿Qué les habrá hecho Franco? Pues lo sabemos bastante bien: en la dictadura estos personajes medraron extraordinariamente, y lo hicieron en connivencia con el poder, con los ministerios de enseñanza e información sobre todo. Tan enemigos eran entonces de la dictadura, que ésta les facilitó todo tipo de negocios y carreras profesionales, incluso en el límite de la legalidad.
"¡Ah –replicará alguno–, pero rectificar es de sabios, y estos señores han cambiado radicalmente desde aquellos desdichados tiempos!". Tienen razón. Por supuesto, no han renunciado a una sola peseta de las muchas que amasaron entonces y que les han servido para seguir prosperando a todo trapo en la democracia. Quizá sería pedir demasiado que lo hicieran. Pero tampoco han explicado nunca las causas de un cambio tan espectacular, y me parece que a los ciudadanos les interesaría conocerlas.
En ausencia de esa explicación, cabe especular un poco: ¿habrán experimentado un súbito o prolongado proceso de comprensión de las razones y las bendiciones de la democracia? La posibilidad existe, no lo niego, pero no me atrevo a creerla del todo verosímil. Basta observar la trayectoria de El País para percatarse de su comprensión y apoyo a una multitud de tiranías autodeclaradas progresistas. Y hasta de algunas tan difíciles de identificar como progresistas como la de los ayatolas, a la que obsequió, cuando tomó el poder, con una excelente propaganda para ilustrar a los ignorantes españoles sobre la diferencia entre aquel clero ilustrado y muy ligado al pueblo, y la nefasta y reaccionaria Iglesia católica. No leo ese periódico desde hace años, pero recuerdo sus reportajes francamente enaltecedores de Sendero Luminoso y de grupos terroristas semejantes. ¿Y su reciente apoyo a Sadam Husein, cuyo derrocamiento pareció a los magnates de PRISA la más intolerable y criminal agresión a la humanidad? La lista de estas simpatías por las dictaduras ("civilizaciones") podría alargarse indefinidamente, y ya he indicado otra vez la conveniencia de que alguien hiciera un estudio al respecto, una tesis doctoral o algo así.
En cuanto a la política interior, y por no aburrir al lector, observaré que PRISA abanderó, desde el primero momento de la transición, la "solución política" para la ETA, es decir, el privilegio a esos asesinos por encima de los imperativos del Estado de Derecho. También intenta colarnos sistemáticamente (quién les ha visto y quién les ve) la historia de que el Frente Popular, una amalgama de totalitarios, golpistas y racistas apadrinada por Stalin, defendió en España la libertad y la democracia.
En fin, el misterio no solo sigue en pie, sino que se complica: ¿qué les habrá hecho Franco? ¿Y qué les habrá hecho la democracia?