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EDITORIAL

Polanco, a por todas

Las palabras de Polanco ante la Junta de Accionistas han de recordarnos algo que nadie debía olvidar como es que el frente anti-PP, que el PSOE tenía que lograr, como fuera y con quien fuera, tiene un origen prisaico

Que algunos empresarios y periodistas amamantados por el franquismo, como Jesús de Polanco o Juan Luis Cebrián, hagan suyos los insultos proferidos por ETA-Batasuna contra "la derecha fascista" del PP-UPN o contra los dos millones de "franquistas nostálgicos" que se manifestaron contra la decisión gubernativa de excarcelar al sanguinario De Juana, no es nada nuevo. Ya lo hicieron del 11 al 14-M, cuando la original infamia de Batasuna de acusar al Gobierno del PP de mentir sobre la autoría del atentado para ganar las elecciones, fue inmediatamente arrebatada y hecha suya por los poderosísimos medios de comunicación de Prisa, hasta el extremo de que muchos han olvidado que el pionero de esa vigente insidia fue, en realidad, Arnaldo Otegi.

Por mucho que sea una delirante bajeza, propia de Batasuna, que Jesús de Polanco haya calificado la multitudinaria y ejemplar manifestación convocada por el PP como "muestra de franquismo puro y duro", ¿es acaso menor que la que escribió Juan Luis Cebrián, un día después del vuelco electoral del 14-M en un artículo en El País, donde venía a decir que la decisión de Aznar de no presentarse a las elecciones obedecía a su deseo de no cosechar personalmente el fracaso electoral del PP?

Que Polanco, que tanto respaldo mediático ha otorgado a las pulsiones guerracivilistas del Gobierno de Zapatero y de sus aliados nacionalistas, a sus cainitas exhumaciones de cadáveres y a sus leyes de "memoria histórica", venga ahora a calificar de "guerracivilistas" a los dirigentes del PP, es ciertamente una muestra de desfachatez. Pero no mayor que la que cometió Cebrián titulando "De la Mentira" aquel inolvidable artículo, anticipo de la noche orweliana que nos venía encima.

Que Polanco haya despedido a Hermann Tertsch podrá ser noticia, pero no tan sorprendente como que éste hiciera hasta ahora su lúcida y abierta crítica a la mal llamada "política antiterrorista" de Zapatero trabajando en un medio de Prisa.

Las palabras de Polanco ante la Junta de Accionistas han de recordarnos algo que nadie debía olvidar como es que el frente anti-PP, que el PSOE tenía que lograr, como fuera y con quien fuera, tiene un origen prisaico. Si fue Cebrian el que marcó la "decapitación" de Redondo Terreros y la ruptura de los consensos más básicos y necesarios entre el PP y el PSOE ante la ofensiva nacionalista, es Polanco quien ahora, personalmente y de viva voz, ordena que no haya marcha atrás.

Confiemos que el temor por el revés del PSOE en las encuestas, que Polanco encubre con su agresividad, no siembre el pánico entre los dirigentes del PP y les haga volver al perfil bajo cuando aún no lo han abandonado del todo. Capaces serían.

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