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EDITORIAL

No hubo contaminación de origen de DNT

Parece que ciertos periódicos están más interesados en apuntalar sus tesis prefabricadas que en rendirse ante lo obvio.

El hallazgo de dinitrotolueno o DNT este mismo mes entre los restos de las explosiones de los trenes de Atocha dio un vuelco decisivo a las investigaciones sobre el 11-M. Quedaba más o menos claro que, al menos en los convoyes que se dirigían la mañana del 11 de marzo a la estación madrileña, no explotó Goma 2 ECO sino otro tipo de explosivo que si contiene este compuesto químico. Ciertos medios de comunicación, sin embargo, tomaron el descubrimiento como un estorbo que había que quitarse de en medio cuanto antes. El diario ABC, sin ir más lejos, apuntó (y sigue apuntando) la tesis de la contaminación en origen de las muestras, en virtud de la cual, los restos de DNT encontrados en los trenes se debían a una contaminación de la Goma 2 ECO durante su proceso de fabricación en la Unión Española de Explosivos.

La hipótesis no se mantiene por varias razones, todas de peso. En primer lugar, si se hubiera producido una contaminación accidental, el DNT habría aparecido en los primeros análisis efectuados tras el atentado. Habría aparecido, por ejemplo, en la bomba que nunca hizo explosión, la de la mochila de Vallecas. Esto bastaría para desautorizar la hipótesis difundida por el ABC, pero hay más. La Unión Española de Explosivos nunca ha tenido incidencias de esta índole. Tal y como ha publicado recientemente el diario El Mundo, realiza en sus instalaciones controles de calidad intensivos para cerciorarse de que la Goma 2 ECO sea Goma 2 ECO y no Goma 2 ECO contaminada por otras sustancias, sin que nunca haya aparecido DNT en esos análisis.

Por último, y con esto ya queda totalmente desautorizada la tesis de la contaminación de origen, el informe pericial preliminar ha desvelado que de entre las distintas muestras de Goma 2 ECO sin explotar, como las encontradas en las vías del AVE o en el piso de Leganés, las custodiadas por la Guardia Civil y la Audiencia Nacional no tienen DNT, mientras que las contaminadas han estado todas, quizá no casualmente, a cargo de Juan Jesús Sánchez Manzano, comisario jefe de los artificieros de la Policía, es decir, jefe de los TEDAX, los mismos que examinaron la mochila de Vallecas tras su ajetreado periplo por la capital de España en la noche del 11 al 12 de marzo. Si los explosivos se contaminaron en origen, todas las muestras tendrían esos mínimos porcentajes de DNT, por lo que la conclusión lógica apunta a que dicha contaminación se debió producir posteriormente.

Parece, por lo tanto, que ciertos periódicos están más interesados en apuntalar sus tesis prefabricadas que en rendirse ante lo obvio. No hay duda de que, en lo relativo a las bombas que estallaron el 11-M, hay una indudable contaminación, pero no en los restos de los explosivos sino en las intenciones de algunos medios de comunicación empeñados en hacer buena su agenda aun a costa de darse contra la pared de la verdad. Ese, curiosamente, es el periodismo que levanta el dedo acusador hacia los que seguimos pidiendo una investigación a fondo para que, al final, todos sepamos lo que pasó aquel funesto día.

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