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Eduardo Pedreño

El fin del DRM

El omnipresente DRM puede ser la tumba definitiva de las discográficas, y pasos audaces como los que se han dado esta semana pueden abrir la puerta a un mercado musical digital lógico, ordenado y, lo que es mejor, rentable.

El problema de pegarse tiros en el pie es que, tarde o temprano, te quedas sin pie. Lo cual dificulta, aunque no imposibilita, andar. A la vista de las últimas noticias, el sector de la música empieza a darse cuenta de tan evidente realidad. A pocos días del lanzamiento de Windows Vista, el sistema operativo que consagra el DRM y lo introduce en todos y cada uno de los rincones de nuestra vida informática, es el propio concepto de DRM el que empieza a hacerse pedazos a manos de la realidad. Bendita realidad.

Primero fue Steve Jobs quien, tras haber utilizado el DRM para construir un monopolio de facto en la venta de música online alrededor de su omnipresente iPod, se despachó con una carta abierta a la industria discográfica en la que pedía la eliminación del DRM. Un movimiento lógico, ya que el monopolio de Apple y su DRM están dando problemas a la empresa de Jobs en varios países y frenan el crecimiento del sector. Apple tendría mucho que ganar de esta apertura y muy poco que perder, pero lo importante es que por fin uno de los grandes jugadores de la incipiente industria musical digital habla alto y claro sobre el DRM.

Poco después de la carta de Jobs sabíamos que la discográfica EMI (una de las históricas del sector) consideraba muy seriamente la posibilidad de vender su repertorio en MP3, el formato más extendido de música comprimida. EMI llevó a cabo varios experimentos de la mano de Yahoo y sus resultados debieron ser alentadores, porque la posibilidad de que la noticia se haga oficial es grande.

Ambas noticias suponen un auténtico vuelco a la situación que vivíamos hasta ahora, y que ya comenté en esta columna meses atrás. El omnipresente DRM puede ser la tumba definitiva de las discográficas, y pasos audaces como los que se han dado esta semana pueden abrir la puerta a un mercado musical digital lógico, ordenado y, lo que es mejor, rentable. Basta saber que la alegal AllOfMP3 es la segunda tienda de venta de música online tras iTunes para darse cuenta de hasta que punto es decisivo este paso. El consumidor quiere música sin candados, música en un formato universal que pueda reproducir en cualquier parte. Y está dispuesto a pagar por ella. Otra cuestión es cuanto está dispuesto a pagar, y aunque AllOfMP3 vende a precios irrisorios iTunes no lo hace y ha vendido muchos millones de canciones.

Si EMI se decide, en poco tiempo veremos finalmente al resto de discográficas tomar decisiones similares, y la industria del cine probablemente empiece a darse cuenta de que la situación empieza a ser preocupante para ellos, ya que la perpetuación de soportes (DVD, HD-DVD y Blue Ray) ad eternum no tiene sentido y los discos duros van sustituyendo cada día más a las viejas bibliotecas. Repetir los errores del DRM con el cine solo alargará los problemas de esa industria y reproducirán los conflictos de estos años, tan lamentablemente afrontados por la discográfica.

Debo confesar que hace casi 10 años que no pago por la música por canales oficiales. Ni he comprado un CD ni he sido cliente de las tiendas online de música (salvo AllOfMP3). Eso sí, he ido a más conciertos que nunca antes. Esta semana he recuperado la esperanza de tener una industria musical que se merezca mi dinero. Y aunque persisten dos graves problemas, el precio y el ominoso canon de soportes digitales, sospecho que si EMI vende finalmente en MP3 seré de los primeros en rascarme el bolsillo y pagar por música como modo de decirle a esta y a otras discográficas que este podrá ser o no el camino, pero que el otro no conducía a ninguna parte. A ver si se dan por enteradas.

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