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José María Marco

Motivos para manifestarnos

También nos hemos manifestado, y esta vez lo haremos otra vez, en contra de la política de Rodríguez Zapatero y su Gobierno ante el terrorismo. Escribo "ante" porque Zapatero y su Gobierno no tienen, rigurosamente hablando, una política antiterrorista.

El significado de las manifestaciones en contra de la actitud del Gobierno socialista ante el terrorismo ha ido evolucionando con el tiempo.

Siempre, y una vez más este sábado 3 de febrero, nos manifestaremos en solidaridad con las víctimas del terror nacionalista. Nos reuniremos para dejar bien claro que las apoyamos, que no las hemos olvidado, que no estamos dispuestos a que se las deje de lado.

También nos hemos manifestado, y esta vez lo haremos otra vez, en contra de la política de Rodríguez Zapatero y su Gobierno ante el terrorismo. Escribo "ante" porque Zapatero y su Gobierno no tienen, rigurosamente hablando, una política antiterrorista. No la han tenido nunca ni –a estas alturas ya ha quedado bien claro– la van a tener. Por razones que con el tiempo tal vez se acabarán por saber, la política de Zapatero ante el terrorismo ha sido la de la cesión permanente, la de la rendición preventiva, la de desarticular el Estado y desmovilizar la sociedad española ante el terror. Es lo que se ha llamado "la paz", el "proceso de paz". Las posiciones que ha venido adoptado últimamente el Partido Socialista del País Vasco muestran la obsequiosidad a la que está llegando el gobierno socialista ante los etarras. Cabe preguntarse si dentro de poco tiempo no habrá llegado el momento de dejar de hablar de terror nacionalista y empezar a hacerlo directamente de terror social nacionalista, o nacional socialista, como se prefiera.

La novedad, después del atentado de Barajas y la más que cordial, meliflua, relación que han empezado a mantener Rodríguez Zapatero con los nacionalistas vascos, es la cuestión nacional, en términos que empiezan a llegar a un punto algo más que inquietante. Ahora ya no cabe ninguna duda, excepto para quienes sigan empeñados en ponerse las consabidas orejeras ideológicas. El PNV, que considera el atentado de Barajas una oportunidad, va a exigir del gobierno de Rodríguez Zapatero el desmantelamiento de la nación española, de España. Y si no lo impedimos, lo conseguirá.

Por eso en la manifestación del 3 de febrero debe quedar bien claro que los que estamos ahí, estamos no sólo con las víctimas del terror, no sólo contra la negociación con los terroristas, sino también, y esta vez quizá más que nunca, por la nación española.

La forma de dejar bien claro esto resulta sumamente sencilla y, me parece, evidente para todo el mundo. Todos los que han ido acudiendo a las manifestaciones de estos años lo han ido entendiendo, por otra parte, con una perfecta claridad. Cada vez ha habido más y más banderas de España. Es la única base posible de la democracia, de nuestra libertad.

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