El empeño de la diputada popular Rodríguez-Salmones por actuar en contra de los intereses de sus votantes es como para hacer perder la fe en los beneficios de la democracia liberal a todo un Benjamin Franklin. La cómplice de Teddy Bautista ha criticado el plan antipiratería por el que usted y yo pagamos las campañas de la SGAE no porque se malgaste dinero público en esos menesteres, sino porque ha fracasado. Escandalizada por las cada vez más exiguas cifras del cine español, ha acusado a la piratería a través de Internet de ser la responsable de "una caída de espectadores y recaudación del cine español alarmante" y reclamó un pacto con las empresas de telecomunicaciones para luchar contra ese "delito".
Según la inteligencia preclara de la responsable de Cultura del partido de Rajoy, Internet es culpable de que la gente cada vez acuda menos al cine español. Por eso mismo ha aumentado en recaudación y porcentaje el cine estadounidense. No hay más que pasarse por los sitios web con enlaces para descargar películas con eMule o BitTorrent, a las que imagino que cerrará Calvo en cuanto aprueben su ley fascista, para ver que no tienen nada más que películas españolas, mientras que los grandes estrenos de Hollywood pasan completamente desapercibidos, cuando no despreciados y escarnecidos. Mientras grandes masas de fans enfervorecidos se bajan Azuloscurocasinegro, la última de Superman es ignorada vilmente.
Cuando la diputada no está ocupada llamando, literalmente, ladrones y mafiosos a sus votantes, pergeña leyes que ayuden a que una parte importante de la población española, la que copia música y películas para uso personal, cometa un delito que hace medio año no existía. Pero dado que dichas leyes parecen estar redactadas al alimón entre ella y Carmen Calvo, sólo cabe esperar que se les cuelen errores como el que me envía Ana. La nueva ley incluye una disposición transitoria que especifica las cifras que se han de pagar por el canon por copia privada. Primero especifican una cifra distinta dependiendo de si se trata de un DVD de datos o de vídeo, una diferencia que imagino que sólo se podrá averiguar consultando a un astrólogo. Pero lo más gracioso es que para uno especifican un canon de 0,30 euros la hora y para otro 0,70 euros... ¡pero la misma cantidad por minuto, es decir, 0,011667 euros! Será que disponen de un sistema matemático avanzado al que sólo tienen acceso legisladores escogidos.
Mientras las empresas y trabajadores del entretenimiento (culturales, dirán) sigan empeñados en parar el reloj de la historia en beneficio propio, sus acciones tendrán al menos el efecto colateral y completamente involuntario de permitirnos ver qué políticos están a su servicio y no al de sus votantes. Por el momento, no hay muchos que salgan bien parados. Pero pocos podrán presentar una hoja de servicios tan lamentable como la diputada Rodríguez-Salmones.
Por cierto, me dice Ana que el juicio que le ha puesto la SGAE comienza el 15 de enero. Crucemos los dedos.