Los proetarras que ahora el Gobierno bautiza y maquilla como "izquierda abertzale" escenificarán este sábado en Burlada (Navarra) el inicio del proceso para presentarse a las municipales y forales de 2007, pese a que su ilegalización les prohíbe protagonizar este tipo de actos. Concretamente, darán a conocer la apertura del debate del programa político, animados como están con la "expectativa histórica" que les brinda el mal llamado "proceso de paz" para "dar pasos que superen la partición de Euskal Herria". Los proetarras aún no desvelarán el formato en el que se van a presentar, es decir, si van a legalizar un nuevo partido, si concurrirán con agrupaciones electorales, como ya intentaron en las últimas municipales, o si lo harán bajo otras siglas, como las del Partido Comunista de las Tierras Vascas.
El que el formato del fraude de ley finalmente escogido sea más descarado o más disimulado dependerá, fundamentalmente, del grado de colaboración que el Gobierno del 14-M brinde a los proetarras para llevarlo a cabo. Por lo pronto, pueden confiar en que el fiscal general del Estado no les amargará la fiesta del sábado, estando tan ocupado como está en sustentar las tesis de los defensores de Batasuna en relación a las herriko tabernas, a las que también se ha sumado, por cierto, la Abogacía del Estado.
Sin embargo, la lógica e inamovible negativa de los proetarras a condenar la violencia de ETA o a dejar de justificar "la vuelta a la lucha armada" si no se consiguen los objetivos secesionistas por los que anunciaron su reversible "alto el fuego" han forzado a los socialistas a proponer a la "izquierda abertzale" fórmulas "imaginativas" para poder concurrir a las elecciones. Otegi ya manifestó hace meses que "no le importa" la Ley de Partidos siempre que Batasuna goce de "una legalización de facto". Para buscar una apariencia de legalidad a este fraude de facto, el ministro de Justicia ya tuvo la desfachatez de invocar el artículo 3 del Código Civil y las "nuevas circunstancias" –entre las que no se da la condena de la violencia– para que la Ley de Partidos no se interpretara conforme a su espiritu y finalidad.
Patxi López ha llegado incluso a sostener expresamente que ya no era necesario que Batasuna condene la violencia, si bien este dirigente socialista tuvo directa y públicamente que saltarse a la torera la ley en su primera reunión no clandestina con los ilegalizados representantes políticos de ETA el pasado mes de julio.
Veremos en qué queda. Ahora no está el horno para bollos, ni para defraudar a ETA, ni para evidenciar más aun las inmorales tragaderas de este Gobierno a la hora de asegurar que todos los pagos de esta "sucia paz" están limpios "como una patena".