La paz del pacto infame a media luz;
la paz de la celada y la doblez;
la paz de la torpeza, la sandez,
la ignorancia, la pifia y el chapuz.
La paz con el turbante y el capuz;
la paz de la risueña candidez;
la paz de la cesión y la endeblez
del que se esconde igual que el avestruz.
La paz de dar ofrendas al feroz
o de inclinar sumisa la cerviz
de una manera hipócrita y mendaz.
La paz infame, bárbara y atroz
de los hijos de sucia meretriz...
La paz... ¿Qué paz? ¿Tu paz? ¡Déjame en paz!
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